En tiempos donde lo que prima en el Gobierno es el control de todos los gastos públicos, el Ministerio de Trabajo intentó comprar un auto nuevo para que sea utilizado por el ministro Jorge Triaca. Sin embargo, el decreto de ajuste político que se publicó el martes obligó a frenar la operación.
En la cartera laboral justifican la licitación en que por su discapacidad, Triaca necesita un vehículo especial para que el pueda entrar fácilmente y también un baúl lo suficientemente grande como para que se pueda guardar la silla de ruedas. La flota de autos de Trabajo, sin embargo, no cuenta con ningún auto con esas características.
¿Y cómo hizo hasta ahora el ministro? Cuando llegó al cargo le pidió prestado a la Anses (son organismos distintos pero comparten jurisdicción) dos autos que cumplían con esos requisitos. En todo este tiempo tuvo esos vehículos a su disposición. Pero, según explican en el ministerio, desde la Anses venían reclamando su devolución.
La solución que encontraron en Trabajo fue comprar uno nuevo. Por eso, el 30 de mayo pusieron en marcha el proceso licitatorio para comprar un auto nuevo. “Un vehículo Sedan de alta gama”, detallaba el pliego, “para ser utilizado por el sr. ministro”. Cuatro puertas, naftero, motor de 1.9 o 2 cm3 y no menos de 220 CV. Caja automática de seis marchas delanteras y una marcha atrás. El baúl con una capacidad no menor a 500 litros y todos los equipamientos de interior, exterior y de seguridad típicos de un auto de alta gama.
Un día después, el 1 de junio, los ministros Nicolás Dujovne (Hacienda) y Andrés Ibarra (Modernización anunciaron una serie de medidas para controlar el gasto político. Entre ellas, un relevamiento de todos los vehículos oficiales y la suspensión de los procesos licitatorios abiertos hasta que termine ese estudio.
La medida no se formalizó hasta que salió el decreto (este martes 10 de julio), pero la determinación ya era conocida en todos los ministerios. Trabajo, no obstante, siguió adelante con la compra. De hecho, fuentes del ministerio reconocen que lo que demoró el proceso fue la corrida cambiaria y la falta de certeza de las concesionarias sobre los precios a considerar. El 25 de junio, el problema se destrabó y el director de Administración y Programación Financiera de Trabajo firmó una disposición que autorizaba avanzar con la contratación directa. La apertura de sobres, según el plan oficial, sería el jueves 12 de julio.
Según el sitio Comprar.gob.ar, ese acto se realizó y se recibió una sola oferta de la empresa Igarreta S.A.C.I., por un Ford Mondeo Titanium valuado en $ 1.065.950. Desde Trabajo aseguran que apenas conocido el decreto de ajuste político, esa licitación fue oficialmente suspendida, pero que no fue tomado en cuenta por el sistema que transparenta todas las compras que se hacen en la Administración Pública.
La contratación ahora quedó congelada. Aunque tengan intenciones de avanzar, legalmente no se puede hasta que termine el relevamiento de la flota de autos oficiales. El Ministerio de Trabajo sigue necesitando un auto que pueda ser utilizado por el ministro. Las alternativas serán comprar uno nuevo o buscar en otros organismos un vehículo con esas características y eficientizar así los recursos del Estado.
