POLITICA

El fracaso de la estrategia de la Rosada

Las elecciones en Santa Fe dejaron algunas señales para entender como quedó parado el kirchnerismo.

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Las elecciones en Santa Fe tuvieron un mapa político curioso que llamó la atención del país, donde el kirchnersimo fue divido en dos frentes: el diputado Agustín Rossi y el ex canciller Rafael Bielsa. Pero ésta contienda está lejos de ser una puja de intereses propios, ya que mientras el primero lleva varios años de intenso trabajo territorial en el interior de la provincia, Bielsa fue el ejecutor de una estrategia trazada en los recónditos pasillos de la Casa Rosada, que no tuvo final feliz.

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Fue el poderoso secretario Legal y Técnico Carlos Zanini quien planificó y ejecutó. Cuando Rossi anunció sus intenciones de competir en la interna del PJ, buscando no sólo disputarle la gobernación a Hermes Binner sino cumplir con la misión de reducir al mínimo la influencia de Carlos Reutemann en el partido, en la Casa Rosada estuvieron lejos de mirar la movida con simpatía. Aunque Rossi parece un fiel soldado K, y detuvo las balas en tiempos muy difíciles –la mayoría de la militancia recuerda su férrea defensa del modelo durante el conflicto con el campo- Cristina reedita una vieja rencilla que el diputado nacional mantuvo con el fallecido Néstor Kirchner precisamente en aquellos años, cuando Rossi intentó maniobrar con el sector agropecuario sin consultar primero a su líder. Una vez más, el kirchnerismo cela al político autónomo que toma decisiones según su propio criterio.

Fue así que el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zanini, se puso al frente del “operativo Bielsa”, y trazó una estrategia que rápidamente se demostró un fracaso. En las elecciones salteñas, el gobierno nacional también respaldó tácitamente al camaleónico dirigente Walter Wayar en detrimento de Juan Carlos Urtubey, el joven gobernador con voz propia que finalmente se alzó con una contundente victoria que humilló a su contrincante K. En aquellas elecciones, la Casa Rosada hizo la misma lectura: Urtubey es mal visto por los fundamentalistas que rodean a Cristina por sus permanentes planteos a favor su región y por las ideas propias en cuanto a distribución del ingreso y otros temas claves, situación que con dolor Urtubey conocía y relataba a sus íntimos.

Sin embargo, para Zanini no parece haber moraleja en la elección salteña, ni siquiera cuando el propio Wayar salió a fustigar la estrategia utilizada varios días después de los comicios, al criticar el respaldo de Hugo Moyano que, a su entender, le restó votos. A esa altura, en Santa Fe las cartas estaban jugadas, y un operativo ejecutado por el propio Zanini y por el histórico operador Juan Carlos “Chueco” Mazzón, que ya es un viejo conocido por el PJ santafesino, impusieron a Rafael Bielsa en el territorio y trazaron un marco de alianzas que incluyó intendentes, candidatos gremiales, referentes distritales y, sobre todo, un acuerdo con la fuerza filoperonista 100% Santafesino, que proporcionó no sólo al vice –Oscar “Cachi” Martínez- sino también una estructura electoral que proporcionó prácticamente todo el trabajo territorial para un Bielsa que pasaba muy poco tiempo en Santa Fe.

Crisitina, recelosa, ni siquiera vio venir a Omar Perotti, el intendente rafaelino que supo ser de la mesa chica del PJ en tiempos que Néstor Kirchner comandaba el partido. Perotti intentó llegar a la Rosada no sólo a través de su viejo amigo Mazzón, sino también por sus conexiones con el ministro de Planificación Federal Julio De Vido. Pero estos lazos apenas le dieron algunos fondos para que su municipio active un programa educativo de escolarización con el cual Perotti construyó uno de los pilares de la campaña. Pero la lista la llenó de cuadros provenientes del ex gobernador Jorge Obeid y exiliados del reutemismo, que boyaban sin rumbo luego de que el ex corredor se alejara de la interna, y formó un híbrido reutemista-kirchnerista que se mostró como una opción de peso en el PJ santafesino. Pero la presidenta ya había tomado al decisión: envió no sólo recursos económicos para Bielsa, que empapeló las principales ciudades con su rostro y contrató costosos spots televisivos, sino que instruyó a sus alfiles, los ministros Amado Bodou y Débora Giorgis, para que bajen a Santa Fe y hagan campaña por el ex canciller. Y cada vez que ella visitó al provincia mantuvo la misma estrategia que en Salta: tener en cada flanco, un kirchnerista, ya sea Rossi o Bielsa, y mantenerse lejos de Perotti, quien buscó incansablemente la atención de la Presidenta.

El kirchnerismo entonces, despreció no sólo a su fiel soldado Agustín Rossi, sino también a un dirigente renovador y que se perfila como una expresión genuina del territorio como el intendente rafaelino. Por consejo de Zanini, volvió a utilizar como alfil a Bielsa, quien ya había perdido las elecciones en 2007 a manos de Hermes Binner, por la holgada cifra de 10 puntos, y dejando que el peronismo pierda toda chance de volver al gobierno. Los operadores de la Rosada culparon a Obeid de aquella derrota, quien a su entender no habría otorgado el suficiente apoyo a la campaña, y volvió a confiar en el ex canciller -que en Santa fe es identificado como un foráneo- para construir una propuesta extraña y de poco vuelo que finalmente convenció a muy pocos. El resultado fue claro: Rossi se alzó con la victoria con el 39%, Perotti se ubicó en un segundo plano con 30% y Bielsa apenas consiguió el 28%, precisamente cuando todos los análisis –políticos y periodísticos- ponían al ex canciller segundo sobreestimando el aparato gubernamental.

Inclusive, otra cifra demuestra claramente el fracaso de la estrategia de Zanini: la hermana del ex canciller, María Eugenia Bielsa, fue el candidato más votado de toda la elección. María Eugenia encabezó la lista de Diputados que empujaba a su hermano y extrañamente pasó lo que en ninguna otra lista, pues los diputados fueron más votados que los líderes de la boleta. Así, María Eugenia obtuvo 60 mil votos más que su hermano, lo que se explica de forma sencilla. Mientras Bielsa jamás ocupó un cargo político en territorio provincial, María Eugenia fue concejala de Rosario, vicegobernadora de la provincia, y dos veces diputada.

Es así como los resultados de las elecciones santafesinas no sólo demostraron la fuerza de un candidato opositor con proyección como el socialista Hermes Binner, sino que marcó una vez más las debilidades estratégicas de quien reemplazó a Néstor Kirchner en el armado de la fuerza que gobierna el país y busca garantizar la reelección de Cristina. Carlos Zanini, el ideólogo y ejecutor del operativo Bielsa, es quien recomienda a Cristina romper con Moyano para apoyar a Gerardo Martínez en la interna de la CGT –a quien lo ve menos autónomo que el líder camionero- y quien la aconseja en todos los temas claves concernientes a su reelección.

(*) Especial para Perfil.com