El revisionismo histórico suele abocarse a la búsqueda de una perspectiva diferente del relato único del pasado. Pero pocas veces se ha visto un intento por modificar la historia reciente. Para el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina el distanciamiento entre la Iglesia argentina y el Gobierno es un "invento" de los medios no alineados.
"¿Cómo lo de Francisco puede ser algo malo? Uno agarra Clarín y lo central (...) es cómo eso impactaba un Papa argentino en el Gobierno; si el Gobierno sí, el Gobierno no. Inventan que estábamos enojados y después, como no lo estamos, dicen que cambiamos", criticó el funcionario.
Una rápida consulta realizada al archivo de distintos medios, incluso al de Clarín de cuando su relación con el Gobierno era muy diferente a la actual, revela a cualquier lector interesado que desde 2004 la tensión era evidente en la cúpula de la Iglesia y el Gobierno kirchnerista.
El 25 de mayo de 2004, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio criticó al Gobierno y llamó a una "fuerte protesta contra los que se sienten tan incluidos que excluyen a los demás". El conflicto fuerte llegó en marzo de 2005 cuando Kirchner disolvió el obispado castrense, después de las polémicas declaraciones del obispo Baseotto. El obispo había criticado al entonces Ministro de Salud Ginés Gonzáles García por su política de aborto: "Merecen que les cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar".
Aquel año hubo otros momentos de tensión, sobre todo cuando el Gobierno decidió trasladar el tradicional Tedeum del 25 de mayo a Santiago del Estero. Desde esa fecha la ceremonia se desplaza por diferentes provincias.
Algo que tampoco fue bien visto por el Gobierno fue que en 2008, Bergoglio recibió a los familiares de José Rucci, el ex secretario general de la CGT asesinado el 25 de septiembre de 1973.
El 17 de marzo de 2010, la cúpula de la Iglesia le reclamó al Gobierno "superar el estado de confrontación permanente". Jorge Oesterheld, vocero del Episcopado, indicó que la intención de los prelados fue transmitir "la preocupación de la Iglesia por la deficiente calidad institucional, que afecta las condiciones de vida de la gente, especialmente de los más pobres". Pocos días después, Cristina Fernández de Kirchner anunció que el Tedeum del Bicentenario de la Patria se celebrararía el 25 de mayo en la Basílica de Luján. La mandataría afirmaría tiempo después que había cambiado de sede a causa de una "señal divina". La misma había sido una caída de Néstor Kirchner desde una silla, quien acababa de consultarle a Cristina por el lugar de la celebración. Al ver la caída, la Presidenta exclamó: "¡Es la virgen!".
En este marco, el 1 de abril de 2010, la entonces senadora del oficialismo, Adriana Bortolozzi, abrió un nuevo frente de batalla en el Congreso: un proyecto de ley de su autoría que buscaba que el Estado dejara de financiar a la Iglesia Católica. La iniciativa, que venía desde el año 2006, sugería modificar el status jurídico de la Iglesia y eliminar su caracter de público.
Por último, además de la clásica diferencia de opiniones que mantuvieron en los últimos años sobre la ley de matrimonio para personas del mismo sexo, el remate lo dió Amado Boudou en diciembre de 2012 cuando ante un nuevo informe crítico del Episcopado, afirmó sin tapujos: "¿Qué documento? A nadie la importa".
Varios pedidos de audiencia por parte de la curia a la Presidenta quedaron dormidos en la Jefatura de Gabinete. Por parte del ahora Papa Francisco, hubo linea directa para recibir a la Presidenta, en su primera audiencia vaticana. Todo un símbolo.