El ministro de Economía, Sergio Massa, comenzó la semana tratando de llevar calma a los mercados en torno al acuerdo técnico con el FMI que aún requiere la venia política del board para destrabar lo más importante: el desembolso de 7.500 millones de dólares.
Se colocó el “traje de ministro” para dedicarse de lleno –en la recta final hacia las PASO– a lucir el “traje de candidato presidencial”. En esta otra carrera preelectoral, en el equipo económico creen que sin hacer demasiadas olas dentro del frente interno de la coalición de gobierno a lo mejor logran mejores resultados de los que el ala más dura le otorgaba en el inicio de este trayecto.
La economía, aún parece necesario tener que recordarlo, transita otra dinámica y otros códigos. Falta letra chica sobre el acuerdo técnico con el Fondo para aquietar la veintena de tipos de cambio que conviven en Argentina. A esta altura, es demasiada la letra chica económica que falta.
Esa incertidumbre provocó que, por ejemplo, la semana haya concluido con un nuevo récord de cotización para el dólar blue, que cerró a 574 pesos. Eso viene trasladándose a precios y seguirá haciéndolo en los próximos días, sobre todo en la primera quincena de agosto.
Los números de la inflación no están “visibles” en el tramo final de las PASO entre otras cuestiones porque los datos oficiales de julio se conocerán el martes próximo y los de agosto (que arrancó con siete aumentos), lejos de los comicios de octubre.
En la vida cotidiana de los argentinos, en cambio, no llegar a fin de mes está prioritariamente en la prime time de las angustias familiares.
Por ejemplo, las subas de hasta 470% en las boletas de luz que están llegando a hogares residenciales por la combinación de la eliminación de subisidios pero, también, y especialmente, por la suba en la tarifa plena provoca que lo que antes implicaba un gasto fijo familiar de hasta 10 mil pesos por mes, ahora en cambio trepe a ese valor pero como piso. (Este mes habrá otra suba en electricidad).
El aumento del 20% en la carne vacuna deja boquiabiertos a varios amantes del asado pero la semana próxima knockeará a quienes se pasan al cerdo porque esos cortes subirán hasta 12%. En la recta final hacia las PASO los números que priorizan en la política parecen ser los de las encuestas cada vez más variopintas en sus pronósticos. Sin embargo, en el bolsillo la temperatura que se siente con fuerza es la de los números que reflejan cómo de una semana a otra un mismo litro de leche, el mismo kilo de pan o el kilo de asado tiene valores bien distintos y jamás descendentes.
Son postales de un país que se encamina a tres dígitos de inflación anual y donde el oficialismo coronó como candidato presidencial al ministro de Economía que esta semana que pasó cumplió su primera año en esa poltrona.
