El gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, logró alejar el fantasma del juicio político pero no pudo encontrar una solución a la crisis económica que paraliza la provincia. En ese contexto, el gobernador bajó a sus candidatos para la elección de este 27 de octubre. No tendrá listas ni en la categoría de diputados nacionales ni en la intendencia de Comodoro Rivadavia. Le dejó así allanado el camino al kirchnerismo, que se quedaría con tres de tres diputados nacionales y ganaría la jefatura comunal de Comodoro.
Arcioni no estaba en condiciones de sumar problemas a su fragilidad política. El anuncio oficial del retiro del escenario electoral lo hizo Martín Buzzi, que se postuló como intendente por el partido de gobierno, pero comunicó que “sacrificaba” su candidatura por la “unidad del Frente de Todos”. De esta manera, quien queda en carrera es Juan Pablo Luque, actual viceintendente, que según los últimos sondeos lidera la intención de voto por el doble de puntos que su principal oponente, Ana Clara Romero.
Es cierto que el Frente de Todos, por pedido de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, hizo un acuerdo con el gobernador, un aliado clave del exintendente de Tigre, para que pudiera evitar el juicio político y la destitución.
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También es cierto que el gobernador se exponía a una derrota y una pésima performance si iba con boleta propia. Buzzi se escudó en que la justicia había impedido que el partido del mandatario pudiera llevar la boleta de Alberto y Cristina, y también, en el acuerdo político.
Pero también es verdad que entre las elecciones que consagraron a Arcioni y las PASO del último 11 de agosto, el chubutense perdió más de 100 mil votos. Su imagen negativa está por las nubes y si el conflicto no cesa empeorará su situación.
Arcioni todavía no asumió el mandato que ganó en las urnas en junio. Está completando el que dejó trunco Mario das Neves, quien falleció el 31 de octubre de 2017.
La provincia sigue atravesando una dura crisis económica. Los estatales siguen cobrando de manera escalonada y la administración pública está virtualmente paralizada. Según pudo saber PERFIL, Arcioni emite títulos en pesos para conseguir financiamiento y tratar de tapar el rojo financiero que arrastra desde hace varios meses, cuando la masa salarial aumentó estrepitosamente y se vio imposibilitado de afrontar pagos. El déficit de Arcioni llega aproximadamente a 2300 millones de pesos.
MC