Cristina volvió anoche al lugar donde mejor se siente: el poder. La expresidenta y actual vicepresidenta electa logró cerrar ayer el círculo que ella misma ideó hace poco más de cinco meses cuando le propuso a Alberto Fernández encabezar un nuevo espacio que logre encolumnar a un peronismo unido. Cristina volvió a ser Cristina. Ante la multitud que festejaba en Chacarita y ante el país que la seguía por televisión, volvió a mostrar su tono firme que solía usar cuando estaba en la Casa Rosada. “Me voy a tomar un atrevimiento, Presidente: le voy a pedir en mi carácter de ex presidenta que por favor tome todas las medidas necesarias para alivianar esta situación dramática. Los presidentes son presidentes desde el primer día que asumen hasta el último día que se van; es parte de la responsabilidad institucional”, cerró desafiante su primera parte del discurso al dirigirse a Mauricio Macri.
Aunque Alberto intentó despejar una y otra vez durante la campaña electoral que entre ellos no iba a haber internas, ahora que el camino de ambos quedó despejado, una de las incógnitas será saber qué Cristina volverá. Los primeros indicios de su círculo cercano señalan que, como pasó en la campaña, su influencia abarcará el ámbito legislativo (formalmente presidirá la Cámara en la que se refugió desde 2017) y la provincia de Buenos Aires (donde además de Axel Kicillof, La Cámpora obtuvo varias bancas).
La influencia de la vicepresidenta electa podría llegar más allá: desde el Ministerio de Justicia hasta una de las obsesiones durante los doce años de kirchnerismo, la ex secretaría de inteligencia.
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En los próximos meses también se sabrá si ese heterogéneo grupo de dirigentes logrará seguir unido bajo el mando de Alberto y Cristina. Desde los gobernadores peronistas, pasando por Sergio Massa hasta el kirchnerismo puro. Anoche, la ex mandataria les envió un mensaje, que pareció más dirigido a ella misma: “Les pido a los hombres y mujeres de las distintas vertientes del campo nacional, democrático y popular que nunca más rompan la unidad que se requiere para enfrentar a estos proyectos neoliberales que tanto dolor han causado”.
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Sus múltiples frentes judiciales será otro eje a considerar. Desde que anunció su intención de volver al poder y, más aún, tras el contundente resultado de las PASO, en los tribunales de Comodoro Py empezaron a soplar otros vientos. El único juicio en su contra en marcha, por la obra pública, sufrió varias dilaciones y el proceso por Hotesur y Los Sauces se pasó recién para el año próximo. Ahora habrá que ver cuáles son los próximos pasos en la causa que más ruido provocó en los cuatro años del macrismo y que la tiene a Cristina acusa de ser la jefe de una asociación ilícita. El futuro de la causa de los cuadernos, que la semana pasada tuvo un duro dictamen del fiscal Jorge Di Lello, será otro tema a considerar.