El resultado final de la elecciones en Santa Fe prometen hoy un nuevo capítulo cerrado, tal como ocurrió en 2011 y 2015 cuando el candidato del PRO, el humorista Miguel del Sel, perdió la gobernación por un margen muy estrecho y con varias dudas. Pese a quedar a las puertas de la Casa Gris en las últimas dos elecciones, y de ser la fuerza más votada en las legislativas de 2017, Cambiemos aparece hoy como un espectador entre la puja que protagonizarán el candidato del Frente Progresista, Cívico y Social, el ex gobernador Antonio Bonfatti, contra el contrincante del Frente Juntos, el senador Omar Perotti.
En las Paso que se celebraron a fines de abril pasado, Bonfatti fue el candidato más votado (con el 31 por ciento); sin embargo, el peronismo juntó un 42 por ciento ya que Perotti (28%) dirimió la interna partidaria con María Eugenia Bielsa (14%). Así, el justicialismo santafesino se ilusiona con volver a tomar el control de la provincia que gobernó en forma ininterrumpida desde 1983 hasta 2007, cuando fue desplazado por el socialista Hermes Binner. En busca de mantener esos votos de las primarias, Perotti y Bielsa sellaron un acuerdo y salieron juntos a recorrer la provincia. El ex intendente de Rafaela, a quien lo acompaña en la fórmula la ex jueza y actual diputada nacional Alejandra Rodenas, votará hoy en su ciudad natal y más tarde se trasladará al bunker del PJ en la capital provincial. Perotti ya tuvo varios contactos con Alberto Fernández, candidato a presidente del kirchnerismo, y podría ser un fuerte mensaje para el Frente con Todos si el peronismo resulta ganador hoy.
El peronismo quiere arrebatarle Santa Fe al socialismo
Bonfatti, ex gobernador y actual diputado provincial, buscará suceder al frente del Ejecutivo provincial a Miguel Lifschitz, quien trabajó desde un primer momento en el armado electoral de Roberto Lavagna. Cerca de Bonfatti se mostraron optimistas sobre el resultado de esta noche y confían que el empujón que les pueda dar el postulante del Frente Progresista a la intendencia de Rosario, Pablo Javkin (ver aparte) sea decisivo. En la agenda de los candidatos, la inseguridad fue uno de los puntos más destacados durante la campaña electoral. Mientras el socialismo intentó mostrar resultados en la lucha contra el narcotráfico, desde la oposición les cuestionaron el avance de la inseguridad en Rosario y otros centros urbanos, la mayor preocupación de los santafesinos. También los efectos de la crisis se metieron en campaña. El desempleo volvió a golpear al Gran Rosario con la noticia en plena campaña de la suspensión por un mes de la planta de General Motors en Alvear.
El caso de Cambiemos en Santa Fe revela el giro abrupto que sufrió el oficialismo nacional en los últimos dos años en algunos distritos. En las legislativas de 2017, Albor Cantard se llevó un histórico primer puesto (con casi el 38%) y relegó al kirchnerista Agustín Rossi (25%) al segundo lugar y tercero, lejos, al socialista Luis Contigiani (14%). Desde entonces, Cambiemos se ilusionaba con quedarse finalmente con la provincia, algo que en los pronósticos está muy lejos de hacerse realidad. Elisa Carrió estuvo hace dos semanas de gira con Corral, y esta semana la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue uno de los pocos apoyos que recibió en el territorio el candidato de la Casa Rosada.
Con Bonfatti como el favorito, Cambiemos quedó en tercer lugar en las PASO de Santa Fe
Javkin, el radical que busca conquistar Rosario. La segunda ciudad del país y el distrito más poblado de Santa Fe tiene una particularidad. Desde 1983 hasta la fecha nunca ganó el peronismo, pese a que a nivel provincial, el PJ gobernó la provincia hasta 2007. Después del gobierno del radical Horacio Usandizaga, el triunfo de Héctor Cavallero en 1989 inició el camino de treinta años de hegemonía socialista en la ciudad. Con la derrota a manos de Cambiemos en las legislativas de hace dos años y los graves problemas de inseguridad derivados de la lucha contra el narcotráfico, las chances del socialismo parecían esfumarse. Sin embargo, en las PASO de abril, el socialismo perdió la interna, pero el Frente Progresista, Cívico y Social resultó la fuerza más votada. La esperanza del oficialismo santafesino se llama Pablo Javkin, De origen radical y con paso por las filas de Elisa Carrió, Javkin peleó sin el aparato del socialismo y se llevó el triunfo por menos de dos puntos sobre Verónica Irizar, la apuesta de la intendenta Mónica Fein y el gobernador Miguel Lifschitz. La campaña estuvo centrada en una “maratón de propuestas” y en la pelea con el gobierno nacional por la inseguridad y un proyecto para poner en marcha un tren de cercanías.
El principal contrincante es el postulante peronista, Roberto Sukerman, quien resultó el candidato más votado en abril con casi el 24% de los votos, aunque no disputó interna con ningún candidato. Por el lado de Cambiemos, el concejal del PRO Roy López Molina quedó en las PASO lejos de los votos que había obtenido en 2017 (cuando fue el candidato más votado de la ciudad). López Molina le ganó la interna al radical Jorge Boasso, quien en las últimas semanas manifestó su apoyo a Javkin, lo que generó un gran revuelo en las filas de Cambiemos.
(*) Desde Rosario.
ED / AS