Fue uno de sus hombres más cercanos en los últimos seis años. La acompañó desde 2009, cuando era senadora hasta que llegó a la vicepresidencia de la Nación. Le empujaba la silla de ruedas y tenía acceso a su intimidad: Gabriela Michetti le daba las llaves de su casa del barrio de Balvanera cuando se olvidaba algo y era habitual que ingresara solo. Ahora, la Justicia sospecha que el policía David Cruzado se encargó de llevar a la vicepresidenta lejos de su casa para que la robaran.
El día que Mauricio Macri ganó las elecciones, todo cambió. Cruzado era el jefe de la custodia de Michetti. Fue procesado y estuvo preso sospechado de ser uno de los autores intelectuales del robo a la casa de la vicepresidenta, la noche del 22 de noviembre del año pasado.
Por el hurto de 50 mil dólares y 245 mil pesos de la casa de Michetti, se tramitan dos causas, y la vicepresidenta enfrenta una tormenta política que pocos imaginaban a escasos meses del gobierno, ya que se investiga el origen de los fondos robados (ver aparte).
Por el robo, el juez de instrucción Marcelo Conlazo Zavalía procesó a Cruzado por hurto, agravado por su condición de policía. El custodio estuvo preso menos de un mes, y en junio la Sala IV de la Cámara del Crimen le concedió la libertad bajo fianza. Los camaristas evaluaron que, en caso de condena, la pena sería sin prisión efectiva. Además, señalaron que Cruzado cuenta con “arraigo”. Pero la causa avanza y el fiscal Martín López Perrando pidió hace unas semanas la elevación a juicio oral.
“Deivit”. El ex jefe de la custodia vicepresidencial, a quien sus amigos conocen como “Deivit”, se crió en el barrio Don Orione, Claypole, en el sur del conurbano bonaerense. Fue papá de su primer hijo hace un par de años, y parte de su familia sigue en el barrio de toda la vida. Antes de pasar a la policía porteña, fue agente de la Federal. Es fanático de los autos (manejaba el auto oficial) y suele veranear en las playas de Brasil.
La Justicia sospecha de algunos gastos desmedidos que tuvo Cruzado después de que ocurrió el robo: un viaje a Brasil por una semana para cuatro personas, la compra de un automóvil de alta gama y la instalación de un negocio de aberturas, que ocurrieron poco después del hecho. En su perfil de Facebok, Cruzado publicó fotos de unas recientes vacaciones en Brasil y de un Volkswagen Vento.
Pruebas. En la primera etapa de la causa, Cruzado tuvo un defensor oficial. El policía dio detalles ante el juez de lo ocurrido la noche del robo. Contó, por ejemplo, que fue él quien llevó a Michetti hasta Costa Salguero, donde estaba instalado el búnker de Cambiemos. Según consta en el expediente, a Cruzado lo atraparon por dos pruebas: un video de otro individuo, que también sería policía, entrando a la casa de la vicepresidenta, y las llamadas telefónicas que había cruzado con ese oficial que habría cometido el robo.
Michetti se mostró dolida con su ex custodio: “David era muy cercano a nosotros, teníamos un trato muy personal y al final terminás tomando cariño. Para mí fue terrible, porque convivimos con la posibilidad de que alguien cercano a nosotros haya sido el que robó”.
En el entorno de la vicepresidenta, creen que se trató de un robo común, y no ven ninguna operación por detrás.