Tiempo de análisis de datos. Todos los días el equipo de Salud que comanda Fernán Quirós le muestra los datos actualizados del avance de la pandemia en la Ciudad al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. En ese contexto, en la sede gubernamental de la calle Uspallata analizan dos ejes a la vez: por un lado ya empezaron a pensar nuevas restricciones si no hay un marcado descenso de casos, y por el otro, hay cierto alivio ya que se observa una meseta en la última semana en los números de contagios.
En lo que refiere a la mitad del vaso lleno, en Salud muestran que la curva parece haber dejado de crecer. “Se está estabilizando la cantidad de casos, que coincide con el primer decreto del presidente que trabajó en consenso con la Ciudad”, explica una fuente porteña. Ese DNU presidencial fue el que comenzó con la restricción nocturna (primero de 23 a 6 y luego de 20 a 6).
Los números que atesoran en el ministerio de Salud porteño indican que el promedio está en torno a los tres mil casos diarios, una cifra alta, pero que no mostró en los últimos ochos días un aumento ostensible desde Semana Santa.
Este miércoles hubo 2.489 casos, ayer 3.116 y anteayer 2.801. Si se observan los días anteriores: 2942 (el 18 de abril), 2673 (el 17), 2250 (el 16), 2813 (el 15), 3063 (el 14) y 2753 (el 13 de abril). Por ello, Quirós por ahora no cree que haya que necesidad de ir a un lockdown total en esta semana. Aunque repite que los números se analizan “día a día”.
Todo, por supuesto, atado al avance - o no - del plan de vacunación y del ingreso de vacunas por parte del Gobierno nacional.
Sin embargo, ya comenzó el debate sobre futuras restricciones para no saturar el sistema de salud. En este contexto, todo apunta a las “reuniones sociales”. Ya el fin de la nocturnidad, creen en la Ciudad, viene colaborando para ello. Ahora podrían sumarse restricciones horarias para determinadas actividades económicas. En rigor, la idea que suena con más fuerza es acotar y no cerrar cien por ciento como ocurrió en 2020. Las cámaras empresariales están en alerta entre amparos y crisis económica generalizada. Por ello, Larreta piensa en “abrir y cerrar” actividades. Una parte de eso ya generó el último DNU presidencial. Por caso, con los gimnasios y shoppings.
“No vamos a apurarnos”, destacan en Uspallata. Aseguran que el sistema privado de Salud está en tensión, con más del 90% de las camas de terapia intensiva (UTI) ocupadas pero que el público aún tiene margen con el 70% de las camas UTI. Un dato adicional: ocho de cada diez porteños tiene prepaga u obra social, por ello crecieron tanto las UTI privadas.
Por lo pronto, el jefe comunal está convencido que las escuelas “deben ser lo último en cerrarse”. Y, salvo que la Corte Suprema lo indique o el colapso sanitario esté muy cerca, no piensa dar marcha atrás.
CP
