POLITICA

La incomodidad de Felipe Solá por el vínculo de Alberto y un dirigente chileno

Se trata de Marco Enríquez Ominami, socialista opositor al gobierno de Piñera que tensiona la relación de Argentina y Chile. Además, las medidas sobre el Mercosur que lo obligaron a aclarar la permanencia en el bloque.

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Alberto Fernández junto a Marco Enriquez Ominami. | Cedoc

Desde que llegó la pandemia del coronavirus covid-19 a la Argentina, el trabajo de la Cancillería y su titular, Felipe Solá, se extendió a jornadas interminables que comenzaron con la gestión para cerrar las fronteras -medida que al principio le generaba dudas al ministro pero que el avance del virus la naturalizó en todos los países- luego significó repatriar, en una labor que continúa en la actualidad, a todos los argentinos varados, y ahora incluye gestiones para abandonar los tratados de libre comercio dentro del bloque Mercosur. En todos los casos, el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires le cumplió al presidente Alberto Fernández. Pero hay un vínculo del mandatario y un dirigente de Chile que incomoda a Solá. 

Se trata de Marco Enríquez Ominami, socialista opositor al gobierno de Sebastián Piñera y amigo de Fernández, que tensiona la relación de Argentina y Chile. Es que la Cancillería chilena ya mostró reiteradas quejas por las declaraciones de Alberto en el Grupo de Puebla, movimiento político que reúne a líderes progresistas de 14 países de América Latina y el Caribe que comenzó a reunirse el año pasado, durante la campaña presidencial en Argentina, y que es comandado por Ominami.

Las diferencias son claras. Fernández en más de una ocasión en el grupo ha cuestionado al gobierno chileno, en sintonía con el socialista opositor de Piñera. Las quejas de Chile con Argentina fueron más de una y por eso es que Solá debe intervenir. Desde su entorno, no obstante, aclararon a PERFIL que el vínculo entre ellos es "bueno" y que antes de la cuarentena precisamente habían tenido una reunión en buenos términos.

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Tensión Fernández-Piñera: quién es el chileno que incomoda al albertismo

En la revista Noticias detallaron que Solá había tenido una discusión el año pasado con Ominami. "Los cercanos a Alberto le imputan jugar al doble comando con la diplomacia con el gobierno vecino, para cosechar capital político propio, y varios le recuerdan la foto que se sacó con Mauricio Macri en el cierre de la campaña del 2015 y el acto que compartió con Martín Lousteau, en ese entonces candidato a la ciudad, en esas elecciones. También lo acusan de ser contraproducente: 'Es insólito que lo tengamos de interlocutor cuando el gobierno chileno tampoco lo quiere'", publicaron.

Ayer, Fernández y Piñera aprovecharon una llamada que tenían agendada para bajar la tensión que, si bien existe y no la niegan, acordaron dejar de lado en el contexto pandémico. Ambos mandatarios coincidieron en que el impacto del coronavirus "ha dado vuelta la economía a todos" y que están enfrentando a "los mismos dos adversarios: la pandemia y la recesión".

Si bien participan grandes figuras en el Grupo Puebla como los brasileños Dilma Rousseff y Lula Da Silva, el ecuatoriano Rafael Correa, el paraguayo Fernando Lugo, y hasta el español José Luis Rodríguez Zapatero, es Fernández quien tiene hoy más representación en el grupo por ser el único mandatario en ejercicio. Y si ya el vínculo con Ominami no agrada al gobierno chileno, las frases que dejó el jefe de Estado argentino en diversos encuentros del grupo explotaron en la cancillería de Piñera.

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"Eso es lo que le hace falta a Chile, que vuelvan a unirse, que zanjen diferencias para poder recuperar el poder en favor de los chilenos", dijo en videoconferencia en la última reunión del grupo. Y agregó que desea la unidad de la centroizquierda: “Quiero que ocurra en Chile como ocurrió en Argentina, y quiero que ocurra en todos lados de América Latina para que todos volvamos a tener la tranquilidad de poder gobernar en favor de la gente y no en contra de la gente".

Esas declaraciones llevaron a que desde Chile lo acusaran de meterse en asuntos internos. Además, meses atrás se quejaron de que Alberto comparara los detenidos en dicho país el año pasado con los presos políticos de Venezuela. Y encima, hace poco, en una de las conferencias de prensa en la que Fernández anunció la extensión de la cuarentena con sus famosas "filminas", utilizó el caso argentino para compararlo con el chileno como uno que estaba peor. El argentino dijo ayer que no quiso desvalorizar la lucha de Chile. 

Solá no sólo debió responder a todos estos reclamos en este contexto sino que ahora debe asumir otro frente que es la salida de tratados de libre comercio en el bloque de Mercosur. Ante las acusaciones de sectores opositores y un tenso clima con Brasil y Bolsonaro, debió salir a respaldar en Twitter al Presidente pero a la vez aclarar que Argentina no abandona el bloque. 

J.D. / C. P.