Este jueves se celebra un 24 de marzo atípico para el oficialismo, con actos divididos por la interna en el Frente de Todos. Más particular es para Máximo Kirchner, que pasó de acompañar ayer a las nuevas autoridades de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) a encabezar la columna de La Cámpora que marcha a Plaza de Mayo.
El diputado nacional encabeza en la mañana de este jueves la movilización de la agrupación juvenil kirchnerista en el aniversario del último golpe de Estado en Argentina. Como es tradicional, y luego de dos años sin movilizaciones por la pandemia de Covid-19, La Cámpora marcha desde la exESMA (actual Espacio Memoria y Derechos Humanos), en el barrio porteño de Núñez, rumbo a Plaza de Mayo.
Será solo uno de los sectores en los que se divide el oficialismo este 24 de marzo, en medio de la feroz interna desatada por el acuerdo con el FMI que motivó la renuncia del propio Máximo Kirchner a la jefatura del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados.
El presidente Alberto Fernández, por ejemplo, participó de un acto en el Centro Cultural de la Ciencia junto al ministro del sector, Daniel Filmus. Mientras tanto, Cristina Kirchner hasta el momento se limitó a compartir un video dedicado a una escuela de General Rodríguez que homenajeó a una docente desaparecida en el nombre del establecimiento.
Máximo Kirchner con las nuevas autoridades de la UOM
En la víspera del Día de la Memoria, Máximo Kirchner estuvo en Quilmes, en la sede de la UOM, luego de que esta semana Abel Furlán se convirtiera en el nuevo secretario gremial de los metalúrgicos desplazando al histórico Antonio Caló. La ida del dirigente se tradujo en menos apoyo para el presidente Alberto Fernández, en medio de la tensión que vive el oficialismo.
Mientras en la coalición panperonista se escuchan crujir sus cimientos a causa de las disidencias que presentan los grupos que la constituyen, Kirchner se acercó hasta la sede de la regional Quilmes, Berazategui y Florencio Varela para aplaudir al secretario local Adrián Pérez, cobijado por el ala de Furlán.
El nuevo jefe de los metalúrgicos comandaba la seccional Campana-Zárate y había sido secretario de prensa y organización dentro de la UOM. En 2015, fue electo diputado nacional y representó al kirchnerismo hasta el 2019. Además, es asesor del congresista en el Partido Justicialista de Buenos Aires.
"Felicitamos al compañero Abel Furlán, consejero del PJ Bonaerense, quien ha sido elegido como Secretario General de la UOM", fue la dedicatoria del PJ bonaerense que presiden Kirchner al nuevo representante de los metalúrgicos.
Con todo, la aparición de Kirchner no sólo confirma su estrecho lazo con Furlán, sino también el despoder que significa para el Presidente la retirada de Caló, uno de los dirigentes que lo apoyo durante todo su mandato.
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El desplazamiento de Antonio Caló y la interna del Frente de Todos
La salida de Antonio Caló de los metalúrgicos terminó con cuatro mandatos consecutivos que habían iniciado en el 2004, luego de que el dirigente asumiera por Lorenzo Miguel. Furlán se terminó de imponer el martes y se sumó como un representante del kirchnerismo dentro de las filas gremiales.
La salida de Caló se traduce en menor apoyo para Alberto Fernández, que mantenía una estrecha relación con el histórico presidente de la UOM. A esta situación se suman las riñas domésticas que se dispararon por el aire luego de que se conocieran los primeros párrafos del acuerdo con el FMI.
El hecho detonó en la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura de la bancada panperonista en Diputados, que derivó en votos negativos de diputados y senadores oficialistas. Tuvo que ser Juntos por el Cambio el espacio le permitiera al Gobierno llegar cómodo a la aprobación del Acuerdo de Facilidades Extendidas.
En la misma línea corren las declaraciones cruzadas vía interlocutores. Una de ellas surgió mediante el pedido de moderación de sectores cercanos al Presidente. La respuesta fue "Moderación o pueblo", una misiva que provenía del sector K. La otra, más reciente, fue un encuentro entre el canciller Santiago Cafiero y la senadora Anabel Fernández Sagasti, representantes de los dos grupos en disputa por su cercanía a AF y CFK, respectivamente.
Este miércoles, Alberto Fernández pidió dejar de pelear y solicitó un aplauso para Cristina Fernández de Kirchner, pero en privado se mantiene la incomunicación entre ambos. La Vicepresidenta, por su parte, se reunió con Hebe de Bonafini el martes, quien en una entrevista radial posterior criticó al Jefe de Estado por estar corrido "a la derecha" y no tener nada que ver con el proyecto kirchnerista.
No es todo. El martes en La Matanza, intendentes cercanos a ambos lados de la puja pertenecientes a la primera y tercera sección electoral pidieron zanjar los conflictos. "Por eso unidos, tenemos la fuerza para superar todos los obstáculos. Queremos cuidar a nuestro pueblo, que sea feliz", dice en un pasaje el comunicado que emitieron.
Todos estos actos reflejan las propias contradicciones del dispositivo creado para ganar las elecciones en 2019, que oscilan entre críticas cruzadas y pedidos de unidad.
Tal vez entre las reuniones, las declaraciones y las fotos de los interlocutores que responden a ambos lados se encuentre un primer aviso de recomponer, al menos, la incomunicación entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, lo que no significa que todo se arregle.
GI/ff