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Graciana Peñafort habla de la grieta en el FDT: "La obligación es seguir gobernando"

La abogada peronista reconoció que siempre existieron discusiones dentro del Gobierno y habló como querellante por el ataque a la vicepresidente en el Congreso.

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graciana peñafort | Cedoc Perfil

La abogada y militante peronista, Graciana Peñafort, dialogó con Jorge Fontevecchia para Radio Perfil sobre las discusiones dentro del Gobierno y el ataque a la vicepresidente en el Congreso.

F: A raíz de lo que está sucediendo dentro del Frente de Todos y que también uno podría decir que funciona como una célula de lo que sucede luego entre el Frente, Juntos por el Cambio y la sociedad en su conjunto, la famosa grieta, y vos con una cercanía hacia la vicepresidenta como pocas, ¿Cómo estás viendo esto?

P: Yo estoy viendo un proceso de debate interno dentro del Frente que no es ningún misterio porque lo estamos viendo, pero es necesario, aunque uno preferiría que no fuese en un tono exaltado porque es lo más chocante, es razonable darlo porque claramente están en disputa distintas modalidades de cómo resolver el problema que tiene la Argentina. Por suerte, lo que no está en disputa es que hay un problema y tenemos que resolverlo.

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F: ¿Hacen bien quienes esperan una carta de la vicepresidente pronunciándose de manera concluyente?

P: Yo no sé si Cristina tiene intenciones de hacer una carta, no podría asegurarlo ni negarlo porque no me lo dijo ni tiene que hacerlo.

F: ¿Te parece que sería oportuno y positivo que ella pueda expedirse, desde tu propia opinión de militante?

P: Si Cristina habla es porque ella considera que tiene razones, pero aunque es una persona a quien respeto incluso en sus principios políticos, tampoco puedo determinar si es oportuno o no. Si tiene algo para decir me parece bien que lo diga porque todos lo estamos diciendo, pero no sé si ella considera que tiene algo para decir.

Alberto Fernández y Cristina Kirchner

F: ¿Te gustaría que sucediera una carta que pusiera blanco sobre negro, en el medio de esta discusión, su propia opinión y no la de terceros interpretándola?

P: Yo siempre pienso religiosamente que siempre es mejor escuchar al emisor del mensaje, porque me parece mucho más relevante, pero no sé si lo va a hacer y tampoco se lo puedo reclamar.

F: Vos avanzaste en la demanda que se construyo a partir de la agresión a la oficina de la vicepresidenta, como su representante ¿Me podes contar cómo está esa causa, cuáles son las evidencias que vos tenés, para darnos una especie de balance?

P: Nos constituimos como querellantes afectados por el hecho. En fue una discusión en la que la presidencia del Senado sufrió una agresión, y no solo agredieron a los senadores que estaban en aquel momento reunidos con la vicepresidente, sino que además agredieron otras dos oficinas, es decir, contra autoridades del Senado.

F: ¿Por qué agredieron a ellos tres? ¿Cuál es tu perspectiva?

P: Mi perspectiva es que la agresión estaba sectorizada en una parte del Senado de la Nación. También vimos que algunas oficinas tenían marcas, o sea, que no fueron accidentales. No fue que alguien tiró una bomba y no vio dónde cayó. Era una agresión apuntada a un determinado sector. Esto es todo lo que puedo decir en base a la evidencia física.

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F: ¿Hablaste con Aníbal Fernández de estos temas, independientemente de llevar adelante la querella?

P: La verdad es que no hablé con el ministro de Seguridad porque responde los informes que está haciendo quienes dependen de ellos, no tengo nada que hablar porque soy querellante a los fines de empujar la investigación, solicitar medidas de prueba que se consideren oportunas y proveer toda la información que se pueda llegar a necesitar porque lo que yo quiero es que se esclarezca el motivo de la agresión.

F: Más allá del tema de la agresión al Congreso y de las cartas de los intelectuales que fueron hacia un lado y el otro dentro de la coalición gobernante, ¿Cuál es tu visión, tu propio sentimiento, como una militante tan comprometida, sobre la tensión entre los componentes del Frente de Todos? ¿Lo vivís con tristeza? Dame un testimonio no político sino de una militante como vos, como pocas.

P: Yo siento que estos debates eran inevitables en una coalición, porque yo estuve cuando se conformó el Frente de Todos y la verdad es que nos sentamos a charlar y todos pensábamos cosas distintas sobre algunas cuestiones, y con mucho trabajo y voluntad se construyó una alternativa en común, basada en los consensos básicos que habíamos alcanzado y después de dos años de gobierno y una derrota electoral como la que sufrimos el año pasado, era lógico que se diera esta discusión. Si hubiésemos estado de acuerdo en todo siempre no habría tal discusión, pero no estábamos de acuerdo al inicio y es evidente que hay que discutir algunas cuestiones y me parece lógico, Alberto Fernández pensaba una cosa, Cristina otra, y los sectores sociales también, y nos pusimos de acuerdo en lo que podíamos llegar a cumplir, y lo que estamos viendo es el proceso de debate.

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F: Dejame que apele a la abogada estudiosa del funcionamiento del Estado, de las normas jurídicas que lo sostienen. ¿Hay un problema intrínseco de las coaliciones? Porque el mismo problema tiene hoy en día Juntos por el Cambio, nada más que no está gobernando. y uno podría ir para atrás y ver que el mismo problema hubo en la Alianza, e inclusive cuando el peronismo ocupa un lugar hegemónico

P: Todo gobierno de coalición, es decir, con sectores distintos está necesariamente sometido al debate porque es la lógica, no se me ocurre otra manera. Eso no sé si es necesario institucionalizarlo porque va en contra del concepto del Frente, y me parece que es parte de un proceso de adaptación. Nosotros venimos de un sistema bipartidista, no es ningún misterio, y lo que estamos viendo es el proceso de debate de una coalición, algo a lo que no estamos acostumbrados y cada vez que se dio tuvo consecuencias, como en el ejemplo mencionado de la Alianza que fue muy malo porque terminó con la renuncia del vicepresidente y, al poco tiempo, por la crisis económica, hubo un cambio de gobierno abrupto. Acá la obligación es seguir gobernando.