Por estas horas, la situación de Armando Niz, Luis Miño y Rubén Benítez es compleja. Se trata de los tres custodios de la Policía Federal que actuaron el día que el fiscal Alberto Nisman apareció muerto. No están imputados, pero la fiscal Viviana Fein los investiga. Evalúa volver a citarlos luego de recibir el resultado de pericias técnicas. Además, Diego Lagomarsino, el hombre que entregó el arma, les apuntó al declarar que su jefe desconfiaba de su custodia, y los tres fueron pasados a disponibilidad debido a que “al menos actuaron con negligencia”, indicaron a PERFIL desde la Policía Federal.
Detallaron, además, que la custodia se dividía en dos grupos que cumplían 12 horas de servicio ordinario por 36 horas francas, aunque el horario podía extenderse. Cada uno de los turnos se cumplía con servicios a cargo de cinco efectivos y dos vehículos asignados para su desplazamiento. La modalidad de la cobertura de la custodia comprendía las oficinas de la fiscalía y personal del magistrado, pero no su domicilio particular.
La relación que Alberto Nisman tenía con sus custodios no seguía los parámetros normales. Era el fiscal quien decidía por sobre los superiores las tareas que debían desplegar. “Imponía sus condiciones”. Eso afirman los jefes policiales a cargo. Incluso, el sumariado jefe de la División Seguridad y Custodia, Eduardo Soto, declaró que tras la denuncia de Nisman les había pedido “estar más atentos”.
El 21 de enero, la fiscal Viviana Fein les tomó declaración al suboficial Niz y al sargento Miño. Eran los responsables de la vida del fiscal el domingo que apareció con un tiro en la cabeza.
También a Rubén Benítez, el hombre de mayor confianza de Nisman y el único agente que ingresó al departamento. Fein los escuchó y anotó las contradicciones entre ambos. Los pesquisas se preguntan por qué tardaron tanto en reaccionar (llegaron minutos después de las 11 a Le Parc y entraron al departamento pasadas las 22). ¿Por qué esperaron tanto para contactarse con Nisman? ¿Por qué no alertaron a sus superiores al notar que la situación era anormal? ¿Por qué no ingresaron al departamento cuando no obtuvieron respuesta? ¿Por qué delegaron su tarea a la secretaria del fiscal? ¿Por qué no llamaron al 911 y, en su lugar, dejaron que Sara Garfunkel llamara a una ambulancia?
Benítez, que custodiaba a Nisman desde 2003, fue el único de los policías que entró al departamento del piso 13, junto a la madre del funcionario. Pasaron unos 15 minutos hasta que Prefectura entró en escena. Quieren saber qué ocurrió en ese lapso de tiempo, y corroborar si el fiscal le pidió consejos para comprarse un arma.