POLITICA
Crecer para pagar deuda

La recesión deja pocas chances de expansión en 2020

Economistas señalaron que el arrastre negativo de este año puede ser del 3%. Con el problema financiero y las bajas reservas, no habría rebote como en 2003.

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Consumo. Las compras reprimidas pueden jugar a favor en bienes durables, como autos. | cedoc

Las obligaciones financieras van a implicar una presión asfixiante para cualquier gobierno. Pese a que la base de comparación que va a dejar el período 2018-2019 será muy baja, la mayor parte de los economistas consultados por PERFIL descartan la posibilidad de un crecimiento. El arrastre estadístico que dejen los últimos trimestres de este año será una carga difícil de levantar.

Los más optimistas creen que puede haber luz al final del túnel a partir de una mejora en el consumo, una remonetización y el aprovechamiento de factores de producción que hoy se encuentran ociosos. Una de las claves para el éxito o el fracaso del futuro gobierno podrá estar predeterminada por el nivel de reservas que queden en el BCRA.

El arrastre negativo que dejará este año va a ser importante, y dudo que llegue a compensarse por algún atisbo de crecimiento que pueda darse el año que viene”, señaló Melisa Sala, de la consultora LCG. Asimismo, la economista añadió: “La política de expansión de ingresos que prometió Alberto Fernández, aunque necesaria, será difícil de implementar en un contexto de mercados cerrados para financiar el déficit y con inflación acelerando”.

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En EcoGo tampoco son optimistas respecto de una mejora en el PBI para 2020. “Vemos que Argentina va a seguir cayendo, porque va a quedar un arrastre negativo de aproximadamente el 3%”, puntualizó Juan Ignacio Paolicchi, economista de la firma.

Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, no cerró la chance a un mínimo rebote para 2020. “El desafío es resolver lo financiero. Si se logra y se realinean expectativas, la remonetización de la economía dará un impulso. Hay decisiones de consumo postergadas. Ahí hay una posibilidad importante, no sé si de crecer, pero sí de recuperar terreno”, sostuvo Caamaño. Y agregó: “Con que empiece a bajar la inflación de a poco, los salarios reales se empiezan a recuperar. También jubilaciones y subsidios sociales”.

El BCRA asegura que las medidas "protegen la estabilidad cambiaria y al ahorrista"

Con algo más de optimismo que sus colegas, el economista Mariano Kestelboim consideró: “Al final de 2020 creo que puede haber un crecimiento del 2%, comparado con una base terriblemente mala que deja 2019. Pienso que puede venir un año parecido a 2002, en el que el golpe se siga sintiendo durante los primeros meses, con caída de actividad, de consumo y deterioro de indicadores macroeconómicos, con reactivación para abril, mayo y junio, con una orientación de los esquemas de incentivos en favor de la producción y el consumo”. Estimó que se puede aprovechar la alta capacidad ociosa.

Matías Rajnerman, de Ecolatina, fue más categórico: “Definitivamente no habrá crecimiento. Y no solo por el arrastre estadístico. Si no se solucionan este año, es probable que los vaivenes cambiarios sigan en 2020”.

Sin rebote. “El escenario es distinto. El mundo no ofrece buenas noticias. La guerra comercial, de sostenerse en el tiempo, probablemente genere volatilidades: precios internacionales, acciones de empresas internacionales y tipos de cambios. En un escenario de incertidumbre, es probable que el dólar se fortalezca”, afirmó el especialista en comercio internacional Marcelo Elizondo. “Brasil no va a estar creciendo mucho, China antes crecía al 11% y ahora crece al 6%”.

“En 2001-2002 hubo un crecimiento mediante una salida exportadora, porque el tipo de cambio real se depreció fuerte y se metieron China e India en el mercado mundial. Y tenías los salarios reales por el piso. Hoy hay una inercia contractual e inflacionaria mucho más alta”, señaló el economista Paolicchi.

Rajnerman añadió que “en 2003 había otros términos de intercambio, otra situación fiscal y otra inflación”.