POLITICA
DESIGNAN A RONCAGLIA

La trama detrás del cambio en la cúpula de la Policía Federal

Di Santo, que dejó el cargo, no estaba cómodo con el Gobiernoni con el traspaso a la Ciudad. Tensión por el caso Nisman.

JEFE. Roncaglia, ayer, al entrar a su oficina. El otro hombre fuerte, Calviño, fue citado a indagatoria.
| Aballay

Horacio Rodríguez Larreta lo dejó en claro el lunes pasado en una reunión que mantuvo  con comisarios que quedaron bajo la órbita de la nueva “Policía Federal de la Ciudad de Buenos Aires”: todos debían responder a Guillermo Calviño, el flamante jefe de las comisarías porteñas, que la semana pasada fue llamado a indagatoria en una investigación por encubrimiento.

Román Di Santo entendió el mensaje. Desgastado por la denuncia de Elisa Carrió sobre su participación en el caso Nisman, presentó su renuncia como jefe de la Federal ante el Ministerio de Seguridad “por problemas personales”. 

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Su lugar fue ocupado por Néstor Roncaglia, el ex jefe de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA, que hace poco había expandido su poder a 31 nuevas delegaciones distribuidas en todo el país. Su nombre sonaba fuerte con el cambio de Gobierno, pero el traspaso de la Federal a la órbita de la Policía Metropolitana –aún conducida por Horacio Giménez y Ricardo Pedace– obligó a las nuevas autoridades a mantener a Di Santo y a Eduardo Tebes, cercanos al ex secretario de Seguridad Sergio Berni.

Según pudo saber PERFIL, Di Santo no estaba cómodo con el nuevo esquema del gobierno de Mauricio Macri y habría recibido la queja de otros jefes, disgustados por el traspaso.

En cambio, Roncaglia –que cuenta con el respaldo de jueces y fiscales federales– coincide plenamente con el planteo macrista. 

El abogado de 55 años y padre de dos hijos tiene un proyecto ambicioso: cambiarle la cara a la Federal. Quiere “federal izar” la fuerza y dejar atrás las comisarías; “cuidar al Presidente y a los funcionarios nacionales”. A la vez, cambiará la currícula de la escuela de policía. Ahora estará abocada al estudio de delitos complejos.

El nombramiento de Roncaglia, con 35 años de servicio, provocó ruido. Hay jefes con mayor antigüedad que deberán alinearse al nuevo mando o quedarán afuera.

Roncaglia, por su parte, negó que vaya a haber una purga, pero anunció a PERFIL que “habrá un estudio de la plana mayor”.

En junio de 2013, Roncaglia fue baleado por dos ladrones que intentaron ingresar a su casa en Olivos. Se recuperó y continuó al frente de la Superintendencia. A mediados del año pasado, Jorge Rodríguez, ex asesor de La Alameda, lo acusó de “encubrir narcos”. Enojado, Roncaglia lo desmintió y lo intimó a rectificarse.

Una mujer, segunda al mando

Estela Mabel Franco será la segunda al mando de la Policía Federal Argentina. Por primera vez en la historia de la fuerza una mujer llega a tal grado en la jerarquía. La subjefa ya había sido pionera al ocupar la Superintendencia de Drogas Peligrosas y ser ascendida a comisario general en 2014, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Cercana al macrismo, es abogada, al igual que Roncaglia, y tiene dos hijas. Ingresó a la fuerza en 1996. En una entrevista con la TV Pública, en 2012, contó que estudiaba para maestra jardinera, pero que abandonó tras la muerte de su padre.

La nueva subjefa es reconocida por su trabajo con víctimas de violencia sexual. “Demostramos que la mujer y el hombre están en pie de igualdad”, dijo en una entrevista que concedió a la agencia estatal Télam