POLITICA
contra el veto presidencial a la ley antidespidos

Lanzan una jornada de protesta pero hay diferencias entre los jefes sindicales

Las dos CTA convocaron a una marcha en Plaza de Mayo para el 2 de junio. De las tres CGT, sólo la encabezada por Moyano se plegó a la convocatoria con ollas populares.

Críticas. Pablo Micheli (CTA) lamentó las ausencias de las CGT que encabezan Luis Barrionuevo y Antonio Caló.
| Cedoc

Los gremios responderán al veto presidencial de la ley antidespidos, que se concretó el último lunes, con protestas y movilizaciones. No habrá, sin embargo, un paro general o una acción conjunta de las cinco centrales. Las dos CTA activaron una marcha a Plaza de Mayo para el 2 de junio y la CGT Azopardo realizará, de forma independiente, ollas populares en plazas de todo el país, sin fecha definida aún.
Las dos CTA decidieron acordar junto a movimientos sociales y otras organizaciones una jornada nacional de protestas.
Por su parte, entre las tres CGT, que avanzan en el proceso de unidad, sólo la que dirige Hugo Moyano decidió activar una protesta que no será ni un paro ni una marcha. Apelarán a una estrategia que el moyanismo, entonces embrionario, supo usar para reclamar frente a Carlos Menem: las ollas populares.
Esta será, tal vez, la última medida independiente de la CGT Azopardo, porque el próximo jueves se realizará la reunión del comité central confederal, que definirá las reglas y la mesa chica que organizará el congreso normalizador del próximo 22 de agosto.
Fuentes de la central reconocieron que “no hay ambiente para un paro general”, pero insistieron en que “la imagen de las ollas y la gente con hambre le va a doler al Gobierno”. También se recordó que ésa fue la modalidad de las protestas.
Las centrales habían iniciado la propuesta parlamentaria con visitas conjuntas a las dos cámaras y una gran protesta conjunta el pasado 29 de mayo. Sin embargo, a partir de la resistencia del oficialismo y la fuerte adhesión del kirchnerismo al proyecto, comenzaron a aparecer grietas en la “unidad en la acción”.
Así, tras el veto no hubo posibilidades para una acción conjunta. Sí se ha mantenido la unidad entre las dos centrales de la CTA, divididas por influencia del kirchnerismo desde 2010. “Anunciamos la marcha hacia Plaza de Mayo, la demanda de una solución por el tema de los despidos; declaramos que el tarifazo está ahogando y asfixiando no solamente a los hogares de los que menos tienen sino también a la pequeña y mediana empresa que es la que genera fuentes de trabajo en la Argentina”, explicó ayer Hugo Yasky en una conferencia de prensa.
 
Diferencias. Por su parte, Pablo Micheli (CTA) criticó la postura de la CGT al afirmar que “el paro va a ser parcial, si las CGT participaran sería brutal, pero quiero pensar bien, que tienen otros tiempos y lecturas políticas”. Así respondía a las sugerencias de que la negociación abierta por una deuda de 30 mil millones con las obras sociales podría ser la razon de la resistencia cegetista a realizar un paro.
Además de las dos CTA, el 2 de junio se unirán a la marcha los trabajadores informales que lidera Emilio Pérsico en la CTEP, Barrios de Pie, la Corriente Clasista Combativa y agrupaciones gremiales del Frente de Izquierda.

 

Transporte definió autoridades

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La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) definió ayer la continuidad del liderazgo de Juan Carlos Schmid en el agrupamiento que suma a gremios aeronáuticos, tranviarios, ferroviarios y portuarios más importantes.
“Diálogo no significa que vamos a compartir los procedimientos que se han tomado; no podemos apoyar una serie de medidas que están dejando un reguero de desocupados, multiplicando la pobreza y que cierran la posibilidad de un futuro para los argentinos”,  expresó Schmid durante el congreso que lo confirmó como secretario general de este sector estratégico.
Además, en un documento los transportistas indicaron: “Las medidas de ajuste con devaluación, aumentos de tarifas, incremento de las tasas financieras, la negociación paritaria con inaceptables condicionamientos, tienen como objetivo enfriar la economía, reducir el consumo popular, achicar salarios y jubilaciones”.