El dato de inflación del 7,7% de marzo encendió nuevamente las alarmas, en especial en lo que refiere al incremento de los alimentos, y se espera que en abril este rebrote podría llegar a los dos dígitos, lo que impacta directamente en la evolución de las canastas básica y alimentaria, que miden la pobreza y la indigencia respectivamente.
Con el impacto de esta aceleración inflacionaria se estima que, cuando se den a conocer los indicadores sociales correspondientes al primer semestre de este año, entre las PASO y las elecciones generales, empeoren respecto al último dato del 39,2%, en plena pandemia, y podrían colocarse en el orden del 42%. A su vez, la alarma se da por su incidencia sobre todo en los niños y en el AMBA, donde se concentra la mitad de los pobres a nivel país y lugar clave para definir las elecciones.
En la primera mitad del año, los tres principales frentes que determinan la tasa de pobreza (empleo, inflación, ingresos) empeorarían respecto a lo observado en el segundo semestre anterior.
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El comienzo de este año muestra una dinámica muy negativa con la aceleración de la inflación, que en los primeros tres meses del año acumuló un 21,7%, por arriba de como terminó el último trimestre del año pasado, que también reflejó que la pobreza escaló al 40,6%, si uno va al interior del promedio del segundo semestre de 2022.
Pobreza. Foto: Télam
Sin embargo, alimentos y bebidas sumó en el tercer mes del año su tercera suba consecutiva por encima del IPC, con una suba mensual del 9,3%, apenas menor que el 9,8% de febrero, y cerró el primer trimestre del año con una suba del 28,2%, 6,5 puntos por arriba del promedio.
Con el IPC de marzo para estimar la CBT del mes, el nowcast de pobreza de la Universidad Torcuato Di Tella proyecta una tasa del 41,5% en el semestre octubre 2022-marzo 2023. Sumado a un contexto de enfriamiento de la actividad económica, a diferencia del año pasado, se estima una caída del 2,7% del PBI según el REM.
A su vez, debido a que el Gobierno debe cumplir con las metas del FMI, hay poco margen fiscal para realizar políticas sociales, por lo cual posiblemente no se podrá contar con una herramienta extra para fortalecer los ingresos totales de los deciles más bajos.
En el segundo semestre de 2022, debido a los niveles de inflación, existió un deterioro real del gasto público en prestaciones reales: -7,6%. Por caso, la AUH perdió en términos reales 9,7% interanual.
La mayoría de la asistencia social se encuentra en el AMBA, donde habita la mitad de las personas bajo la línea de pobreza a nivel nacional y que generó el 51,4% de los nuevos pobres en la última medición.
El último dato de pobreza también arrojó que el 54% de los niños menores de 15 años son pobres, aumentó 3,3 puntos frente al 2,7% del índice total.
En ese sentido, Unicef advirtió en su informe sobre pobreza multidimensional que nueve de cada diez niños pobres viven en familias en las que el papá y/o la mamá trabajan, lo cual refleja que la sola creación de empleo, sin tomar en cuenta su calidad, no permite salir automáticamente de la pobreza. El 76% de estas chicas y chicos pobres vive en hogares donde los adultos tienen trabajos informales o relaciones laborales precarias.
