La segunda semana de abril registró la mayor suba semanal de alimentos y bebidas en lo que va del año con un 2,9%.
En lo que va del mes algunas consultoras marcaron que el rubro aumentó entre un 5,5% y 5,9% con aún la segunda quincena por delante. Si bien las remarcaciones fuertes se realizan en las primeras dos semanas, estas estimaciones se realizaron antes de los recientes movimientos del dólar blue, que cerró esta semana en los $400, y tras darse a conocer el 7,7% de inflación de marzo, que superó todas las proyecciones previas. En las últimas dos mediciones mensuales, los alimentos bordearon los dos dígitos y podría darse finalmente en el cuarto mes del 2023.
Alimentos y bebidas sumó en el tercer mes del año su tercera suba consecutiva por encima del IPC, con una suba mensual de 9,3%, apenas menor que el 9,8% de febrero, y cerró el primer trimestre del año con una suba del 28,2%, 6,5 puntos por arriba del promedio.
En los últimos doce meses marcó un incremento del 106,6% contra un 104,3% de la inflación general.
La carne, que trepó más de 10%, tuvo un rol preponderante pero los aumentos fuertes fueron generalizados en los componentes, incluyendo frutas y verduras con alzas también superiores al 10%.
En tanto que en el mes en curso, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas, mayor rubro dentro del índice con una ponderación del 23%, se observó un avance del 5,9% en la primera mitad del mes, según estimaciones de la Fundación Libertad y Progreso (LyP),
En la misma línea, la consultora LCG marcó una segunda aceleración consecutiva semanal en alimentos. La segunda semana de abril registró un 2,9%, la más alta en lo que va del año para sus registros semanales. La primera quincena registró una suba del 5,5% del rubro.
En la primera mitad de abril, la carne registró un alza de 5,5% y las frutas subieron 3,3%. Por su parte, los panificados se encarecieron
En el primer trimestre estuvieron un 7% por encima de la general de enero a marzo
Respecto a la carne vacuna, LCG indicó que aún le queda un recorrido de 9,3% de aumento para alcanzar al promedio del resto de alimentos, haciendo un seguimiento histórico de la evolución del precio teniendo en cuenta el retraso que acumuló en 2022, que totalizó un 42,4% contra una inflación anual del 94,8%. Con lo cual, ese rubro todavía tiene recorrido al alza.
En las últimas dos mediciones alimentos y bebidas bordearon los dos dígitos. Con los datos hasta el momento de abril y ante la incertidumbre que podría generar la suba de la divisa paralela y tras el reciente dato del IPC de marzo, las expectativas podrían ajustarse al alza y los alimentos alcanzaría el 10%
Lautaro Moschet, economista de LyP, explicó “hasta que no se lleve a cabo una reforma profunda de la política monetaria, que genere un shock de confianza, las expectativas no van a cambiar y la dinámica de la inflación no quebrará su tendencia alcista. Se necesita un gran compromiso del Ministerio de Economía, así como también del presidente del Banco Central, para poder coordinar la política fiscal con el objetivo de bajar la inflación.
Y agregó: “Hoy en día la situación es inversa, es decir, tenemos un BCRA a la orden del Tesoro para cubrir sus gastos y esa transferencia de recursos se produce a costa de la degradación del peso y, en definitiva, mayor inflación”.
Pero también podría ajustar el índice general para arriba. Para la consultora C&T “los datos del relevamiento de precios para GBA de la segunda semana de abril muestran una variación de 7,2% en relación a la misma semana de marzo, lo que sugiere que la inflación del mes estaría en torno a 7%”. Es un reajuste de un punto porcentual cuando semanas atrás proyectaban un 6% para abril.
“Asimismo, en medio de la transición electoral, las potenciales tensiones sobre la brecha y las expectativas de devaluación ejercerán presión adicional sobre la inflación, agudizadas por el pronunciado impacto de la sequía sobre la disponibilidad de divisas. En ese contexto esperamos que el 2023 supere el
100%”, señaló la consultora Ecolatina.
Repercusiones en el oficialismo
Tras conocerse el 7,7% de inflación de marzo, el dato mensual más alto desde abril de 2002, varios integrantes del oficialismo salieron a explicar los motivos que para el Gobierno provocaron ese número. Por parte del equipo económico, uno de los primeros en salir fue el secretario de Comercio, Matías Tombolini y dijo que “el 9,7% que conocimos en alimentos y bebidas tiene que ver también con el rol de los formadores de precios”.
El funcionario señaló que el incumplimiento se debió a los comercios de proximidad donde se registró una brecha del 36,44% en los valores de los productos del programa Precios Justos respecto a los supermercados.
En el GBA, el Indec marcó un 9,7% en alimentos y bebidas, el programa Precios Justos registró un 5,1% y los comercios de cercanía 11,8% en promedio, según Comercio. “Vamos a fortalecer la rigurosidad con los formadores de precios en la fiscalización”, expresó Tombolini a su vez que manifestó que llevan más de 2 mil millones de pesos en multas desde el 11 de agosto.
También se expresó el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein. “Durante el primer trimestre del año la sequía, las altas temperaturas y la gripe aviar generaron su mayor impacto sobre frutas, verduras, carne vacuna, pollo y huevos, los cuales en conjunto aportaron 2,1 puntos porcentuales a la inflación de marzo”, sostuvo.
Por último, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, dijo: “Estamos redoblando esfuerzos, convencidos de que el camino es sostener el crecimiento y el orden que estamos logrando”.
