Por estas horas, en Comodoro Py todo es sospecha y desconfianza. Al punto que algunos llegan a ver en lo que sucedió el viernes pasado, cuando se reactivó la actividad judicial tras el receso de verano y se rompió una cloaca, un posible sabotaje interno. La suciedad quedó al descubierto. Luego se cortó el agua y también la luz. “Hubo problemas con los servicios”, explicaban en el edificio más importante de la justicia federal. Una semana después, el conflicto es otro, pero las palabras “servicios” y “suciedad” se repiten aunque con otra connotación.
En los pasillos y despachos de Comodoro Py son varios los que coinciden en que en las últimas 48 horas, casi como nunca antes, los pormenores del fuero más cuestionado del país quedaron al descubierto con una contundencia que asombra.
El primer paso rumbo al escándalo de 2019 fue la denuncia contra el juez Luis Rodríguez en base a la declaración de Carolina Pochetti, viuda de Daniel Muñóz, ex secretario privado de Néstor Kirchner, por el presunto pago de sobornos para evitar ser investigados por enriquecimiento ilícito. La segunda, la que apunta al fiscal federal Carlos Stornelli, en un sentido similar y que comenzó a investigarse en la justicia federal de Dolores.
La primera información se conoció en el atardecer del jueves, luego de que se difundiera la acusación que Pochetti había hecho contra Rodríguez, el primero en tener una causa contra ella, su entonces marido, y un grupo de testaferros, por enriquecimiento ilícito. El magistrado, en un contacto con los periodistas este viernes, negó las acusaciones de Pochetti y señaló que ya prepara su defensa en el caso.
A la hora de arrepentirse en la causa de los “cuadernos de las coimas”, Pochetti apuntó al magistrado Rodríguez como presunto destinatario del soborno que evitó ponerla en aprietos, tal como explicó el diario La Nación, al momento de dar la primicia. Este viernes, Bonadio extrajo testimonio de la declaración de Pochetti y lo mandó a sorteo, a través del cual salió elegido su juzgado. Es decir que Bonadio deberá ser el magistrado que determine si Rodríguez cobró 10 millones de dólares para no avanzar en el caso contra la viuda del ex secretario de Néstor Kirchner.
Stornelli. Apenas unas horas después, en El Cohete a la luna, el sitio de Horacio Verbitsky, se dio a conocer la presentación contra Stornelli, que tramita en Dolores, desde el lunes 28, tras la declaración del productor agropecuario Pedro Etchebest. Fue tras la supuesta extorsión de Marcelo D’ Alessio, sobrino de Carlos D’ Alessio, escribano General del Gobierno nacional, para que a través del presunto pago de unos 300 mil dólares, Stornelli no investigara su presunta participación en los cuadernos de las coimas. La información fue dada a conocer junto a un grupo de fotos, chats, audios y videos.
Este viernes, ambas denuncias eran el principal tema de conversación en Comodoro Py, donde las reacciones iban desde la indignación hasta la resignación y comprensión hacia la mirada que desde afuera se tiene del lugar. “Tanto tiraron todos de la cuerda en este lugar, que era obvio que algo así iba a terminar pasando”, explicaban algunos. “Es una vergüenza este lugar, hay que investigar la corrupción y al final todos terminan denunciados”, completaban otros. “Acá hace falta una buena limpieza, pero nadie está dispuesto a hacerla porque los que la tienen que hacer tienen causas o amigos acá adentro”, explicaban por otro lado. E iban por más: “el macrismo falló porque tiene causas desde Macri y su familia, hasta el primo incluido”, ejemplificaban otros.
Stornelli respondió a la acusación de Verbitsky: "Es una operación berreta"
Año electoral. El 2019 como año electoral tampoco pasó desapercibido. “Empezó el año y ya se están tirando con todo. ¿Vos te acordas lo que era este lugar en enero – febrero de 2015? (cuando se produjo la denuncia contra Cristina Kirchner la posterior muerte de Alberto Nisman), bueno entonces como acá también tenés servicios sin parar”, comentaron a este medio varios funcionarios judiciales.
También este viernes, nombres vinculados a los servicios de inteligencia local como el de Javier Fernández, operador judicial del kirchnerismo en su época dorada, y amigo personal de Rodríguez (es el padrino de uno de sus hijos), así como el del ex juez Norberto Oyarbide, sobrevolaban las conversaciones en los pasillos y despachos.
Para entonces habían pasado menos de 12 horas del acuerdo como arrepentido que había alcanzado el ex contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, con Stornelli en la causa de los cuadernos de las coimas, que ahora deberá ser homologado por Bonadio, pero parecía mucho más tiempo.
Manzanares había involucrado a Oyarbide –ya alcanzado en el escándalo de los cuadernos de las coimas- al sostener que manipuló la pericia que hizo que Néstor y Cristina Kirchner quedaran sobreseídos en 2009 por su ya entonces escandaloso incremento patrimonial. A la hora de declarar en el caso, Oyarbide había puesto detrás de las presiones en el caso a Fernández y el propio Antonio “Jaime” Stiuso, ícono de la inteligencia local.
Poderoso y con baja estima en la opinión pública, Comodoro Py abrió un 2019 marcado por la polémica. Dos investigaciones ponen bajo la lupa de la justicia penal a un juez y un fiscal del fuero más cuestionado. El tema tiene ribetes de escándalo, donde los que tienen que investigar son investigados.
Una lógica que Comodoro Py conoce de sobra, casi tanto como la máxima que allí se repite: los presidentes pasan, los jueces (y fiscales) quedan.
Tras extraer testimonio de la declaración como arrepentida de Carolina Pochetti, viuda de Daniel Muñoz, sobre el presunto pago de coimas al juez Luis Rodríguez, Claudio Bonadio envió la denuncia a sorteo. El sistema de la Cámara Federal de Apelaciones determinó que saliera elegido para encarar la investigación el propio juzgado de Bonadio, con lo cual se espera que la semana próxima corra vista al fiscal Gerardo Pollicita, con quien está de turno este año, para que decida si da impulso a la investigación y requiere la instrucción del caso.
En octubre pasado, Bonadio acumuló bajo su órbita la investigación por presunto lavado de dinero contra Pochetti y sus testaferros, que hasta entonces había estado en el despacho de Rodríguez. Fue luego de que la Cámara de Apelaciones se la sacara al magistrado ahora apuntado por la viuda de Muñoz. Aunque el expediente inicialmente fue a sorteo y así recayó en el juzgado de de Daniel Rafecas, este último entendió que había conexidad con cuadernos de las coimas y lo remitió a lo de Bonadio.