Cristóbal López, su socio Fabián de Sousa y el ex jefe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) Ricardo Echegaray quedaron ayer a un paso de ser procesados por administración fraudulenta y defraudación, en la causa en la que se investiga la retención por parte de los empresarios de 8 mil millones de pesos en impuestos al combustible, con anuencia del organismo recaudador.
La hipótesis del juez federal Julián Ercolini –también es la del fiscal Gerardo Pollicita– es que López y De Sousa usaron el dinero retenido para fondear a otras empresas del Grupo Indalo e incluso para adquirir nuevas. Por eso los llamó a indagatoria junto a una veintena de directivos de la AFIP. Las declaraciones están previstas para julio y agosto.
En el período que retuvo los impuestos (2011-2015), Indalo compró los medios de comunicación de Daniel Hadad. La que generó la deuda con la AFIP es la empresa Oil Combustibles, que posee más de 200 estaciones de servicio en todo el país, quedándose con el dinero que pagaron los consumidores cuando cargaron nafta. Es un porcentaje del monto total que retiene la estación de servicio y debe ser enviado a la Administración. Oil no lo hizo, se lo quedó.
La Justicia cree, además, que Indalo tuvo complicidad de la AFIP para hacer la maniobra. Desde el Grupo contestaron que en realidad se acogieron a planes de moratoria otorgados por el gobierno anterior e incluso por el actual. Y añadieron que el empresario desea ir a la indagatoria para aclarar los hechos.
“No es sólo que no se pagó un impuesto o no se aportó un impuesto cobrado, sino que habría habido connivencia con toda la estructura de la AFIP para que eso sucediera”, explicó Ercolini en declaraciones a La Red.
“Por eso el fiscal imputó al anterior administrador, al anterior director de la DGI, a directores, subdirectores, titulares de agencias, inspectores, etcétera, por todo el relajamiento, la laxitud que hubo en los trámites para que el no aporte del impuesto pareciera legítimo”, agregó. Es también por esa razón que el que está muy complicado es Echegaray.
Cuando se descubrió esta maniobra, López puso en venta sus acciones en el mercado del juego. Su temor es que cuando avance la causa por la retención de impuestos, e Indalo no pueda cancelar la deuda, le incauten el dinero a través de su participación en ese otro negocio que no forma parte del Grupo pero sí es de su propiedad.
Por eso, inició el trámite para venderle Inverclub, la inversora de Casino Club (dueña de casinos en todo el país) a su socio Ricardo Benedicto. El expediente está aún en Defensa de la Competencia, que debe decidir si la autoriza o la rechaza. Por ahora no hay novedades.