Fue un viernes de vértigo que concluyó con candidato de unidad para Unión por la Patria. El aún ministro de Economía, Sergio Massa, será el candidato del oficialismo, el de unidad, como él había pedido desde el primer momento. El deseo se le concedió luego de que el peronismo no hubiera podido bendecir la fórmula Wado de Pedro-Manzur.
Quienes lo miran así, consideran que la fórmula Massa-Rossi nace debilitada. En las antípodas de esa mirada está la perspectiva desde donde mira el mismísimo Massa esta situación. Anoche el equipo económico celebraba, vitoreaba y se agrandaba a pesar de que la inflación anual nacional se encamina al 148% de acuerdo con la última medición del BCRA en el mercado.
Las paradojas de la Argentina: una inflación mensual con un piso del 7% no frenó la candidatura presidencial de su ministro de Economía. Para Massa su potencia es la gestión. Y en ese sentido hubo un dato clave que coronó su candidatura: el 9 de Julio la vicepresidenta tendrá lo que le había pedido: se completará la carga del Gasoducto Néstor Kirchner que aliviará la demanda de dólares para importar energía y retomará el sendero (será mucho más lento de lo que se pregona) de la autonomía energética. Lo cierto es que desde 2015 ese proyecto, troncal para el riñón K, estaba trabado y Massa con su negociación política y reparto de poder destrabó.
Ayer fue una jornada de infarto para los mercados, que comenzaron con mucho ruido y luego recortaron pérdidas en la Bolsa local aunque repuntó el dólar blue. Lo que calmó a los operadores fue un mensaje de Massa, que su propio equipo difundió, que trasmitió vía wasap a sus funcionarios, y que tuvo apenas cuatro horas de vida útil.
“Hola todos. Los cierre de listas son siempre apasionantes y trabados. No hay nada dramático ni de vida o muerte, pero que la economía siga funcionando normalmente y que hagamos nuestro laburo si”, sostuvo. “El lunes habrá listas y nuestro laburo sigue igual, por eso les pido no se desenfoquen que el lunes tenemos que seguir haciendo cosas para arreglar los problemas serios que tiene la economía y el país”.
Son algunos de los principales tramos de ese mensaje, al filo de la hora del té.
Con la noticia que se conoció ayer a la noche, habrá otras cosas que Massa deberá seguir arreglando el lunes. Por ejemplo: cómo seguirán las negociaciones con el FMI en vísperas de vencimientos que el Gobierno pidió unificar y postergar a fines de este mes. Negociar con este ministro que, eventualmente ¿sería el próximo presidente, sería una fortaleza o una debilidad desde la perspectiva del FMI?
La otra asignatura pendiente es la alta inflación. Massa solo pudo mostrar, hasta ahora, una leve desaceleración mensual pasando del 8,4% de abril al 7,8% en mayo. En cualquier caso, un piso de 7% mensual (si se mantuviera en estos niveles en junio y julio) suena disparatado cuando hay otros países limítrofes, por ejemplo, que acumulan eso a lo sumo, en todo un año.