Massa acordó subas de precios con súper y mayoristas y busca oxígeno en el FMI

Podría decirse que todas las cuentas salieron mal en las primeras jornadas pos-PASO para el ministro de Economía. Sergio Massa, tal vez por eso busca un cambio de ánimo contra reloj y ayer anunció un tope de aumentos en súper y mayoristas; autorizó 5% mensual de subas por 90 días. Un esquema similar había negociado con los minoristas y las petroleras, que subieron dos veces este mes. Es decir, todo encorsetado hasta las elecciones de octubre.

Con este horizonte, Massa  viajará este lunes para abrochar el desembolso con el FMI por más de 10 mil millones de dólares.

Ya desde el comienzo de la semana pasada, cuando esperaba lanzar un paquete de cincuenta medidas (que el propio gabinete económico dejó trascender) tuvo que cambiar de libreto y anunció una devaluación del dólar oficial a 365,50 pesos. Un 20% letal en los bolsillos, ya demasiado estresados. Para el ministro “fue una exigencia del Fondo”, lo repitió en tres ocasiones en las últimas 48 horas.

Lo cierto es que la devaluación provocó un corrimiento en todos los precios que recién se asomó en los últimos siete días, pero que tendrá la punta de iceberg a futuro en los próximos 15, poniéndole una impronta de aceleración inflacionaria a este mes. En general la segunda quincena del mes, la presión hacia el alza se desinfle, como pasa ahora y como ocurrió en la corrida de marzo y se reflejó en el dramático 8,4% en abril. Ese número, coinciden varias consultoras privadas, ahora podría ser bajo respecto del índice de agosto.

Algunos expertos ya estiman que el arrastre del dólar  en los alimentos acumuló más de 10% en las últimas cuatro semanas. Y diferentes sectores admiten que hubo remarcaciones de entre 10% y hasta 30% en alimentos básicos como carne, leche y pan, como pudo confirmar PERFIL en un sondeo propio (ver página 6).

Con todo, algunos analistas consideran que la estampida del dólar está en una meseta, aunque no en una pendiente; es decir, dejaría de subir locamente los próximos días para volver a marcar un nuevo pico en el futuro no tan lejano.

De esas velocidades dependerá el ritmo que tengan las subas en todos los precios. Massa lo sabe y muñequea contra el cronograma electoral.

En este contexto, el titular del Palacio de Hacienda (y candidato presidencial del oficialismo) priorizó el saco de ministro y pateó para la otra semana las medidas de inyección en los bolsillos (plan platita III) y definió su viaje a los Estados Unidos donde se reunirá cara a cara con el staff político del Fondo Monetario Internacional.

Massa viajará el lunes por la noche hacia Washington  para cumplir con una agenda de vértigo en solo 48 horas.

Tiene que lograr la venia política del organismo internacional de crédito para que desembolse más de 10 mil millones de dólares antes de las elecciones y así afrontar los vencimientos por venir. Queda pendiente saber si de esa próxima negociación en los EE.UU. habrá nuevo cronograma de vencimiento hasta diciembre próximo cuando, sea cual fuere el resultado electoral, asumirá un nuevo gobierno y otro gabinete económico.

Mirando el futuro no tan lejano, es que el FMI ya se reunió con los equipos de Javier Milei y con los de Patricia Bullrich. En el organismo internacional quieren asegurarse que les devuelvan el dinero que fue girando al país para que no entre en default, pero, especialmente fuentes de PERFIL en Washington aseguraron que el staff técnico ya descuenta que a partir del 10 de diciembre habrá que renegociar un nuevo acuerdo con la Argentina.

Mirando el viaje del ministro, que se concentraría entre martes y miércoles, ayer el mercado cambiario tuvo un breve respiro. El blue cerró a 720 pesos, recortando la suba inicial de la semana, pero, la brecha con el tipo de cambio oficial sigue por arriba del 100% tras el récord al que llegó el miércoles.

Un informe de Quantum, que preside Daniel Marx, (muy cercano en el asesoramiento de la deuda al equipo económico) señaló que los bonos indexados por inflación (CER) “son los únicos títulos que tuvieron aumentos en paridades del 1,5% y caídas en rendimientos de 220 puntos básicos, por la mayor perspectiva de inflación, más que compensando la suba del riesgo general, con demanda sostenida también por las restricciones cambiarias”.

Y añade el trabajo que esa baja “podría estar asociada a que, de una u otra forma, la restricción fiscal va a reflejarse en aumentos de tarifas y otros precios relativos que beneficiarían a las acciones de algunos sectores”.

También ayer, la secretaria de Energía, Flavia Royón confirmó que habrá un nuevo incremento en las tarifas de luz por el 20% de devaluación. Y esa devaluación del tipo de cambio oficial fue respaldada de inmediato por un comunicado del FMI.