Mauricio Macri quiere que Javier Milei tenga la ley ómnibus: “Hagan todo lo necesario”

“Hagan todo lo necesario para que salga”. La frase de Mauricio Macri se replica en distintos whatsapp de legisladores nacionales del PRO. Es que el expresidente, desde que se fue para las fiestas a Villa La Angostura, al country Cumelén, se mantiene activo.

En ese marco, Macri anima reuniones diarias y, con su teléfono en mano, está pendiente del debate que se viene dando en el Congreso sobre la megaley que envió el presidente Javier Milei a pocas semanas de comenzado su mandato.

“Tenemos que darle al Presidente las herramientas”, es una de las frases que suelta ante sus habituales interlocutores. Entre ellos, el jefe del bloque del PRO, Cristian Ritondo, y los diputados Hernán Lombardi y Martín Yeza, tres de los más cercanos.

Con todo, aunque no está metido en los detalles de cada artículo, Macri está preocupado por la posibilidad de que, si se dividen los bloques opositores que están más cerca del oficialismo, la bancada kirchnerista pueda imponer un dictamen de comisión con su mayoría si se suman proyectos de minoría sin acuerdo.

El temor se lo expresó a los legisladores: que el kirchnerismo logre frenar el proyecto y que, incluso, imponga sus condiciones. Es más: ya viene observando con preocupación la escalada del peronismo con la CGT, las organizaciones sociales y el kirchnerismo más duro.

Entre sus íntimos observa un escenario complejo en la calle, en especial si la inflación sigue golpeando duro. Pero, a pesar de ello, cree que el camino que encaró el presidente Milei es “el correcto”. Es más: dice, ante sus confidentes, que buena parte de las reformas que se lanzaron desde Casa Rosada eran las que a él le hubiera gustado implementar durante su gobierno. Piensa que la sociedad hoy está distinta a la que le tocó a él en 2015 y que, por eso, muchas reformas tienen un consenso generalizado que cuando gobernó no tenían.

Por otro lado, el expresidente analiza, a mitad de año, tomar el control total del partido que creó: el PRO. De eso viene charlando con dirigentes de todo tipo. Aunque entre su círculo más íntimo hay quienes le susurran que lo ideal sería que hubiera una renovación generacional en el partido amarillo.

Ese anhelo contrasta con una realidad objetiva: muchos de los sectores internos del PRO están enfrentados. Los más nítidos: Patricia Bullrich jamás volvió a acercarse a Macri y hasta pretende disputar la hegemonía del partido que la tuvo como presidenta; Horacio Rodríguez Larreta quiere mantener una representación en el partido que lo hizo jefe de Gobierno y precandidato a presidente; y otras figuras internas también quieren sus espacios de poder.

En este marco, la renovación del PRO tiene nombres y apellidos que, a diferencia de sus referentes, tienen una buena sintonía. Entre ellos, el diputado nacional Martín Yeza, el legislador Emmanuel Ferrario, el bullrichista Damián Arabia o el jefe del bloque oficialista porteño, Darío Nieto.

Sin embargo las terminales enfrentadas no permiten visualizar un acuerdo de renovación sin que se metan otros jugadores.

Así, si bien la resolución sobre el futuro del partido se dará recién a mitad de año, las conversaciones están a la orden del día. El principal desafío por delante: no ser la segunda marca de La Libertad Avanza.