La semana todavía no termina, pero ya tuvo de todo con distintas variantes del peronismo en primer plano. El lunes 29 de abril, Miguel Ángel Pichetto se mostró en un acto junto a Roberto Lavagna, en lo que se interpretó como el lanzamiento de eventual una fórmula presidencial con él de vice. El mismo lunes, horas antes de aquel cónclave, Sergio Massa intimó al presidente Mauricio Macri a convocar “una mesa de diálogo que incluya a Cristina Kirchner”. El martes 30, mientras se desarrollaba el paro con movilización de un sector del sindicalismo y los movimientos sociales y en vísperas de un 1° de Mayo con paro “simbólico” de la CGT oficial, el rionegrino recibió al periodista Edi Zunino en su programa "Periodistas en el Barro" (Clandestino) en un recinto del Senado Nacional totalmente vacío, con las luces prendidas sólo para la ocasión.
Pichetto, referente “dialoguista” de un movimiento político caracterizado por sus convicciones cristianas, sorprendió al entrevistador al señalar de entrada que Dios es su “gran duda existencial”. Adjudicó tal confusión a las “situaciones de extrema violencia y pobreza extrema” a las cuales “la humanidad ha sido capaz de llegar”. Cuando se le preguntó si, en términos locales, el peronismo no tenía ninguna responsabilidad por haber llegado a esas circunstancias, dado que gobernó el país durante más de dos tercios de estos últimos 35 años, Pichetto respondió: “La democracia no ha sido capaz de revertir la destrucción del sistema productivo y de valores por parte de la dictadura”, deuda en la cual el justicialismo no fue ajeno.
Sorprendió aún más al revelar que, tras la flamante propuesta de Massa, se sentaría “en una misma mesa con (Mauricio) Macri y con Cristina (Kirchner) para discutir los grandes problemas nacionales, siempre y cuando seamos capaces de plantear que no podemos seguir gastando más de lo que se recauda y de garantizar que honraremos nuestras deudas” con el FMI. Pichetto visitó Nueva York la semana pasada, para reunirse, junto a otros parlamentarios argentinos, con inversores y factores de poder financiero globales. Planteó, también, que el país debe generar un esquema que permita “salirnos rápido de los planes, los planeros y los plancitos, que son más dignos de economías de abundancia como la suiza”.
—¿Usted es el más macrista de los opositores o el más anti K de los peronistas?
—Yo soy un hombre de la democracia al que la vida fue empujando hacia el centro.
La mitad de la entrevista se realizó con Pichetto en su banca y, la otra mitad, frente al estrado de la presidencia de la Cámara. Rechazó sentarse en el sillón principal, para no herir la investidura de la actual titular del Cuerpo, Gabriela Michetti. De todos modos, se mostró predispuesto a ocupar ese lugar en un futuro próximo (“presido el bloque hace diecisiete años, conversé con todos, esta es como mi casa”, dijo) y dio su propia versión de la propuesta lavagnista de terminar con las reelecciones y reducir los mandatos presidenciales a uno solo: “El problema no es la reelección. El problema es que quienes llegan a presidente se quieren quedar a vivir”. Aunque resalta, fiel a su “bolsonarización” momentánea: “Dictadura, es la de Venezuela”.
*Edi Zunino entrevistó a Miguel Ángel Pichetto para el programa digital “En el barro (y clandestino)”. Mirá el reportaje completo acá.
F.D.S./ EA