Funcionarios del Gobierno no quedaron conformes con las explicaciones que dio José Luis Espert tras la polémica que lo tuvo en el centro de la escena. Según fuentes de la Casa Rosada, la defensa que intentó desplegar el diputado no alcanzó para disipar las tensiones internas, y dejó en claro que las diferencias persisten puertas adentro.
El malestar se reflejó en la conferencia de prensa de este viernes al mediodía. Allí, el vocero presidencial, Manuel Adorni, se mostró visiblemente incómodo al ser consultado sobre el tema. Su tono más rígido que de costumbre y las respuestas breves marcaron el contraste con la habitual verba filosa que suele desplegar frente a los periodistas acreditados. Incluso, al ser consultado de manera directa, sostuvo que “Espert deberá seguir dando explicaciones”, un mensaje que en la Casa Rosada fue leído como una señal de que la controversia está lejos de cerrarse.
A la incomodidad se suma otra variable que inquieta al oficialismo: las últimas encuestas conocidas en la Casa Rosada, que muestran señales de alerta con vistas a las elecciones del próximo 26 de octubre. Esa preocupación atraviesa todos los niveles del Gobierno, que intenta combinar el cierre de la gestión con la campaña en curso.
En ese marco, Espert seguirá siendo candidato. No porque haya logrado disipar las dudas, sino porque Javier Milei decidió sostenerlo. El Presidente considera al economista una pieza clave dentro de su armado y le otorgó un respaldo explícito: estará a su lado en el acto del 6 de octubre en el Movistar Arena, que funcionará como el puntapié final de la campaña oficialista.
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No es la primera vez que Espert debe rendir cuentas dentro del oficialismo. En las últimas semanas recibió pedidos de explicaciones tanto de la ministra Patricia Bullrich como del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dos dirigentes con peso propio en la estructura libertaria y con llegada directa al Presidente. Ambos transmitieron el malestar que generaron sus declaraciones y exigieron claridad política en un momento sensible.
El veredicto, sin embargo, ya está definido: Javier Milei lo sostiene, pese a todo. La incógnita es cuánto costará en cohesión interna ese respaldo. Porque mientras las encuestas encienden alarmas y los aliados piden orden, la figura de José Luis Espert parece flotar únicamente gracias al blindaje presidencial.
cp