Siempre que no ocurra una sorpresa, nos encaminamos a una elección presidencial dónde los candidatos principales serán Cristina Fernández de Kirchner y Ricardo Alfonsín. Ambos comparten un atributo: han ganado imagen positiva debido a hechos muy desafortunados como lo han sido la muerte del marido en un caso y del padre en el otro. Más aún: sin que esto desmerezca las virtudes que seguramente tienen, deben a esas muertes las posibilidades que hoy tienen para ganar esos comicios.
En el caso de la Presidenta , antes de la muerte de Néstor Kirchner, el candidato del oficialismo era él y todas las encuestas coincidían en que, si bien podía vencer en el primer turno, perdía en el segundo frente a cualquier candidato de la oposición. Hoy, los sondeos indican que Cristina, si se presenta, podría lograr la reelección aún en el primer turno.
El caso de Ricardo Alfonsín es más llamativo aún: antes de la muerte de su papá, el ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín, el flamante candidato del radicalismo era prácticamente un desconocido en el mundillo de la política y en la intimidad de la UCR no pasaba de “Ricardito”. Llama la atención todo lo que ha crecido desde la muerte de su padre, al punto de haber desbancado a dos correligionarios mucho más experimentados como el vicepresidente Julio Cobos y el senador Ernesto Sanz.
Lugar común de ambos: la muerte de un ser querido, testimonio de esa necromanía, para utilizar un término del colega Claudio Negrete en su último libro, que caracteriza a la cultura política argentina. Esa pasión, ese gusto, muchas veces perverso, por asuntos que giran alrededor de cadáveres. Reflejo también de una necesidad de los políticos y sus estrategas de revestir las candidaturas de rasgos más humanos, más suaves, más sentimentales.
En este sentido, Mauricio Macri apostaba al nacimiento de un nuevo vástago, justo en octubre. No le servirá ya para las presidenciales, pero tal vez sí para la reelección en la ciudad. Vamos a ver muchas fotos de la pancita de Juliana Awada.
* Periodista, su último libro es “Operación Primicia”.