Ibar Esteban Pérez Corradi sostuvo ayer que miembros del Servicio Penitenciario Federal y bonaerense fueron “contratados” para asesinarlo. El financista, capturado el 19 de junio en el sur de Brasil, era buscado como el supuesto autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez. También pidió ser incluido junto con sus dos familias –la argentina y la paraguaya– en el Programa de Protección de Testigos e Imputados. A cambio, aportará información certera y “documentación” para probar quiénes son los funcionarios políticos involucrados en los hechos. Los homicidios de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, ocurridos en 2008, destaparon una trama de complicidades políticas, policiales y de los servicios de inteligencia del Estado en el tráfico ilegal de efedrina. Uno de los empresarios que manejaba ese negocio es Pérez Corradi, según la Justicia.
En una carta escrita a mano, el financista pidió al juez de Garantías del Paraguay que lo tiene detenido en ese país que autorice su extradición inmediata a la Argentina, donde debe rendir cuentas por el triple homicidio, además de un juicio por lavado de dinero y otro por contrabando de efedrina.
En cuanto el juez del Paraguay conceda la extradición, entre lunes y martes de la semana que viene, el Ministerio de Justicia enviará a ese país al director del Programa de Protección de Testigos e Imputados, Francisco Lagos, informaron fuentes oficiales a PERFIL. De esta forma, el Gobierno confirmó que dejará que el financista, que estuvo cuatro años prófugo, quede bajo la custodia del Estado. La jueza federal María Servini de Cubría tenía pensado indagar a Pérez Corradi en Asunción el próximo jueves. Ahora podrá hacerlo en Buenos Aires.
En la carta manuscrita que entregaron ayer sus abogados, Carlos Broitman y Juan José Ribelli, al juez paraguayo, Pérez Corradi escribió que si queda alojado en una cárcel federal o bonaerense su vida “corre peligro”. Por eso, dijo, pretende quedar detenido en un establecimiento de Gendarmería Nacional, con la condición de que además sea en la Capital Federal, o en el Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista (DUIA) de la Policía Federal.
Luego de ser capturado, Pérez Corradi había dicho que no se opondría a ser extraditado, pero horas después cambió de parecer y dijo a la Justicia que quería ser juzgado en Paraguay. Ayer, Broitman afirmó que su cliente “nunca cambió de idea, optó por el régimen común para ordenar algunas cosas de índole personal y familiar. Tuvo que reinscribir a los (dos) hijos para reconocerlos, ya que estaban anotados con el nombre de la madre”, Gladys Brítez. Se trata de dos menores nacidos en Paraguay durante sus años de prófugo.
“Para venir a la Argentina pidió solamente seguridad y no estar bajo el régimen del Servicio Penitenciario Federal ya que corre riesgo su vida. Estamos evaluando si su esposa también viajará”, contó el defensor a la radio Once Diez.Broitman agregó que se trata de una “extradición exprés mediante trámite abreviado con medidas de seguridad especiales”