El presidente Mauricio Macri confirmó tras su encuentro con David Cameron que los dos países han decidido avanzar en el diálogo y la cooperación bajo un nuevo “paraguas” sobre la disputa de soberanía en el Atlántico Sur.
La reunión celebrada con el primer ministro del Reino Unido marca un fuerte giro en la relación con ese país tras años de tensión y reiterados cruces diplomáticos durante la presidencia de Cristina Kirchner. Este cambio, según insisten desde el Gobierno, no implica menguar la firmeza del reclamo por la soberanía argentina.
“Fue una buena reunión constructiva, hay vocación de comenzar una relación con la cual se pongan todos los temas sobre la mesa, debajo de un paraguas”, explicó el Presidente en una ronda de prensa. La canciller Susana Malcorra explicó por su parte: “Ahora tenemos que armar una agenda que incluye la visita de una delegación del Reino Unido a la Argentina (para fijar) cada uno de los distintos temarios que tenemos que seguir y un compromiso de tiempos”.
Desde Londres, voceros gubernamentales apuntaron que “ambos acordaron en que hay una oportunidad para embarcarse en un nuevo capítulo de las relaciones entre los dos países”. El primer ministro británico indicó, a través de sus voceros, que “hay interés en expandir el comercio bilateral” y perspectivas de mayores inversiones británicas en “infraestructura, petróleo y gas, minería y agrotecnología”. Sobre la cuestión de las Malvinas se indicó que el mandatario “fue claro al indicar que la posición permanece siendo la misma y que el reciente referéndum (celebrado en 2013) fue absolutamente claro en las intenciones de los isleños de seguir siendo británicos”.
La reunión, que se realizó en el hotel Belvedere, fue el primer encuentro cara a cara entre mandatarios de los dos países desde 2009. Y la última vez que se había acordado una agenda de contactos bilaterales de alto nivel como el que anticipó la canciller fue durante la gestión del canciller Adalberto Rodríguez Giavarini.
El embajador argentino en Londres entre 1999 y 2003, Vicente Berasategui, explicó a PERFIL que en aquel entonces se acordó un mecanismo de diálogo que “incluía, en primer lugar, asuntos multilaterales, segundo, asuntos regionales y, el tercer punto, eran las relaciones bilaterales; aunque no se decía, se incluía allí la controversia por las Malvinas”.
Desde su perspectiva, es un “acierto” terminar con la tensión que había marcado las relaciones el gobierno de Cristina Kirchner: “Una política de confrontación con una potencia que tiene una trayectoria como potencia militar, con armas nucleares, miembro permanente del consejo de seguridad, con un PBI muy importante y una proyección económica evidente no es el mejor camino”.
Berasategui recordó además que la Argentina y el Reino Unido compartían intereses en favor de la “liberalización del comercio agrícola, la no proliferación y la lucha contra el terrorismo”. También apuntó que la política de enfrentamiento “favoreció la posición de los isleños que piden endurecer las medidas” y ofreció como ejemplo el “endurecimiento de las restricciones a la venta de material militar, que fue extendido por Cameron y hoy cuenta con el aval del Parlamento”.