Desde Córdoba
El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y su contrincante en la interna, Florencio Randazzo, emitieron una férrea defensa del Gobierno y cuestionaron la marcha del 18F. El gobernador bonaerense, que suele ser moderado, se refirió a la movilización en duros términos. “Algunos buscaron la oportunidad de un golpe político, tanto en la desgracia como en la marcha. Han querido aprovechar una situación para sembrar zozobra, desesperanza. Se han puesto muy en evidencia”, advirtió.
Mientras tanto, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, consideró que “fueron muchos argentinos con buenas intenciones (al 18F)”, pero opinó que los dirigentes de la oposición, jueces, fiscales y multimedios terminaron usándolos. Y pidió que “los fiscales y jueces hagan lo que tienen que hacer de una buena vez por todas, que es que se conozca la verdad, que se termine la impunidad en la Argentina”. Además, agregó: “Ni el Partido Judicial, ni los buitres de afuera, ni los carroñeros de adentro podrán detener este proyecto”.
Los dos candidatos de la interna K se siguen disputando los votos. Ayer, Scioli se mostró con dirigentes kirchneristas en Córdoba. Estuvo en la capital provincial, donde inauguró la segunda delegación de atención comercial del Bapro. El funcionario fue recibido por un grupo de militantes con globos y banderas naranjas, y una vez dentro del local se mostró acompañado por el presidente del Grupo Provincia, Santiago Montoya, el vicepresidente ejecutivo de ese organismo, Nicolás Scioli, y el intendente de Villa María, Eduardo Accastello, así como otros funcionarios del polarizado kirchnerismo cordobés, como el ex intendente Daniel Giacomino.
En un acto que hizo el viernes, Randazzo cuestionó con dureza a Scioli. “La provincia de Buenos Aires tiene que tener un gobernador que sea capaz de gestionarla bien, siendo leal desde lo más profundo de este proyecto”, dijo. Y agregó: “Creo que este proyecto necesita de hombres independientes de los poderes constituidos”. La interna está caliente y habrá que ver si Cristina bendice a un candidato, o permite que se disputen el poder en la interna.