Siete hombres y una mujer serán los actores centrales de la relación entre el gobierno de Alberto Fernández y el mundo sindical. Son los funcionarios que ocupan los ministerios y agencias que más interesan al gremialismo por su influencia sobre las organizaciones sindicales y sus obras sociales.
En la CGT, la mayoría de los dirigentes celebra los nombres elegidos mientras aún esperan varias definiciones en las segundas y terceras líneas. La excepción es el creciente enfrentamiento de algunos gremialistas del transporte liderados por Hugo Moyano con el nuevo ministro de Transporte, el massista Mario Meoni, por la pretensión del líder camionero de poner a un hombre de su confianza, Guillermo López del Punta, como viceministro.
La figura central en este universo será el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, uno de los funcionarios más cercanos al presidente Alberto Fernández. Moroni pasó por la Anses y la Superintendencia de Seguros, dos puestos vinculados al mundo gremial. También trabajó para una firma de seguros del gremio de Comercio y fue contratado como asesor de varios gremios, según confió un dirigente de mucho peso en la CGT. Según pudo recabar PERFIL en contacto con varios dirigentes que lo vieron desde que Alberto confirmó que sería su ministro, el funcionario dejó una muy buena impresión a sus interlocutores.
Muchos menos contactos con el mundo gremial tiene Matías Kulfas, ministro de Producción, quien será una figura central del acuerdo social que impulsará el nuevo gobierno. Eso sí, cayó bien entre los gremios su rechazo, antes de asumir, a avanzar en una reforma laboral. Ahora, los gremialistas están atentos a quién presidirá el Consejo Económico y Social una vez que sea creado por ley. Varios se ilusionan con la figura de Roberto Lavagna. Otros, desencantados con su carrera presidencial, esperan otro nombre. La próxima semana, la CGT se reunirá con Kulfas y Moroni, en una suerte de ensayo de los acuerdos por venir.
Otros dos organismos del Estado, que suelen estar lejos del foco público, tienen un interés vital para el mundo gremial: las superintendencias de Servicios de Salud (SSS) y de Riesgos del Trabajo (SRT). En ambos casos la mayoría del gremialismo se mostró conforme con la elección. A la SSS llegará David Aruachan, quien hasta ahora dirigía la obra social de UPCN, que lidera Andrés Rodríguez, secretario adjunto de la CGT, e integró la conducción del organismo durante la gestión de Luis Scervino, referencia para el gremialismo.
En este plano, también es positiva la evaluación referida a Ginés González García, apreciado por muchos sectores gremiales y buen conocedor de los problemas de las obras sociales sindicales cuyo rol reivindica como parte del sistema se salud. A la vez, los gremialistas celebraron la continuidad en su puesto de Gustavo Morón, quien construyó durante el gobierno de Cambiemos una reforma del sistema de Riesgos del Trabajo con fuerte consenso del mundo sindical.
Con excepción del sector que lidera Sergio Palazzo, la Corriente Sindical, la mayoría de los dirigentes cegetistas no tienen una buena relación con Cristina Kirchner; por eso algunos están en alerta por la llegada de dos figuras del Instituto Patria a la Anses y el Pami: Alejandro Vanoli y Luana Volnovich, respectivamente. Estos organismos son importantes para la gestión de los jubilados de cada sindicato, por eso estarán atentos a sus primeros pasos.
Más allá de los ocho funcionarios en posiciones estratégicas, varios gremios estarán atentos a lo que ocurra en sectores que afectan de manera directa a su gremio, como ocurrirá con el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, de buen vínculo con dos líderes gremiales de peso como Hugo Moyano –interesado en lo que ocurra con Vialidad– y Gerardo Martínez (Uocra), que depende de la reactivación de la obra pública para revertir la caída de afiliados que trajo la crisis.