Ir y venir. Agenda afuera y agenda adentro. Dejar definiciones y sembrar misterios. Plantarse en cuestiones ideológicas pero también permitir que fluyan determinados rumores. Mauricio Macri está cómodo en el momento político que le toca vivir, en el que no define nada respecto a su futuro personal pero en su entorno celebran que haya recuperado centralidad política.
En ese ir y venir, la semana próxima se embarcará rumbo a Washington, donde dará dos clases en la tradicional Universidad de Georgetown. La agenda internacional es la que siempre más disfruta, algo que le pasó también mientras duró su presidencia. Sentía que tenía más reconocimiento fuera que dentro del país.
Los dos primeros años en el llano transitaron con la misma tesitura. Con una agenda limitada por la pandemia, recibía más invitaciones del exterior para dar charlas y conferencias que de dirigentes locales para reunirse e intercambiar ideas. Algunos lo querían jubilar, otros darle un rol secundario y el propio Horacio Rodríguez Larreta al definir su estrategia electoral en 2021 lo hizo con la mira en asumir un rol de liderazgo en las filas opositoras. Medio año después, ese liderazgo sigue en discusión.
En las filas del PRO, y también de Juntos por el Cambio, nadie duda de que la posición de Macri será clave, por acción u omisión, para las definiciones de cara a 2023. Hoy plantea que haya PASO entre Larreta, Patricia Bullrich y todo aquel que quiera competir. Además, les da rienda suelta a dirigentes de su entorno para que le den volumen a los “equipos de gobierno” que presentó la titular del PRO. La pregunta sin respuesta es si va a mantenerse en equilibrio hasta el final o terminará apoyando formalmente a uno de los dos.
¿Y por qué no él? Dependerá de una carambola a múltiples bandas: en su entorno aseguran que Juliana Awada le pide que no sea candidato de nuevo, pero también reconocen que deja la puerta abierta. Si las encuestas le dan garantías de un triunfo, hay quienes creen que no va a dudar en postularse de nuevo.
El problema es que por más que políticamente está en una mejor situación que al dejar el poder, y las encuestas muestran que mejoró su imagen positiva, la negativa sigue siendo muy elevada. Podría salir airoso en unas PASO de JxC, pero luego una campaña electoral para las generales o un eventual ballottage se volverían cuesta arriba.
Por eso la centralidad y el misterio hoy le dan más poder que una postulación. Mientras tanto, seguirá oscilando, encabezando una cena con los principales referentes, yendo a actividades con uno u otro, y recibiendo en sus oficinas a dirigentes de todo el país que hoy piden una foto con él. En paralelo, seguirá con su agenda internacional, ya sean fotos con dirigentes como la de Donald Trump, actividades de la Fundación FIFA (en año de mundial) o clases en universidades.
En Georgetown, brindará dos charlas: la primera el martes, titulada “Reflexiones sobre el liderazgo”, y la segunda el miércoles, “Lecciones de una presidencia”. Con un dato curioso, el moderador será un ex hombre fuerte del FMI. Se trata de Alejandro Werner, quien fuera director para el Departamento del Hemisferio Occidental cuando se firmó el acuerdo durante el gobierno de Macri. Recientemente asumió como director del Instituto Américas de la Universidad de Georgetown.