Cada uno de los sectores que integran la alianza del gobierno hace su propia lectura de la negociación y salida de la crisis que comenzó ayer con cambios en el gabinete. En algo coinciden: ninguno quiere que se lea como un avance de Cristina Kirchner, a pesar de que los tiempos fueron los que ella impuso, le hizo perder a los hombres de máxima confianza al Presidente y logró conservar a De Pedro, que ya estaba casi afuera.
“No ganó Cristina, ganó Alberto que ahora tiene un gabinete fortalecido, con funcionarios que hacen política, con funcionarios que defienden la política. Aníbal no va sólo a ocuparse de la seguridad, va a defender al Gobierno como pocos funcionarios lo hicieron hasta ahora”, es una de las frases con las que desde el entorno de la Vicepresidenta buscaron bajarle el tono a las disputas por los movimientos y las exigencias de Cristina Kirchner sobre la gestión.
El negociador fue Máximo Kirchner. ¿Por qué dicen que la Vicepresidenta no avanzó sobre el gabinete? Solo porque el kirchnerismo no sumó nombres y los dirigentes que asumen tienen un fuerte peso político con el que lograrán un equilibrio ante este sector. Sin embargo, aunque tiene voz propia y se hará escuchar, no hay dudas de que Aníbal Fernández (asumirá al frente del ministerio de Seguridad) es un hombre que responde a la Vicepresidenta.
No sólo Cristina impuso el ritmo de los cambios, sino que logró que Eduardo “Wado” De Pedro quede al frente del ministerio del Interior. Después de la carta pública en la que dejó la renuncia a disposición del Presidente, el propio Fernández aseguró a su círculo más íntimo que se la aceptaría. Al jefe de Estado le dolió más el movimiento de De Pedro que la carta pública de la Vicepresidenta. Para el Presidente no hay vuelta atrás pero ahora deberá convivir con un ministro del Interior a quien le perdió la confianza.
Un retroceso mínimo del kirchnerismo en este nuevo gabinete fue la salida de Roberto Salvarezza de Ciencia y Tecnología. Pero nadie se animó a poner en la mesa de negociación otros cargos K y, mucho menos, los de las áreas con mayor presupuesto.
Alberto F quiere que el gabinete apuntale la gestión y la campaña
La llegada de Juan Manzur y de otros dirigentes de peso es leída en el albertismo como una victoria. Aunque Cristina Kirchner deslizó el nombre del gobernador de Tucumán, no hay dudas de que responderá al Presidente. En 2019, horas después de que se anuncie la fórmula, Manzur fue quien comenzó a desarticular el espacio que los gobernadores habían tejido para tener un postulante presidencial propio. Convenció a sus pares de que el espacio bautizado como Alternativa Federal no tendría lugar en la pelea presidencial, que finalmente Cristina había dado el gesto que le pedían y que debían apoyar a Fernández.
Además de hablar de una “peronización” del gabinete que incluye también la figura de Julián Domínguez, en el entorno presidencial aseguran que lograron mantener el equipo económico encabezado por Martín Guzmán y Matías Kulfas. Incluso, Cristina Kirchner debió llamar al ministro de Economía para asegurarle que no había pedido la renuncia. En las próximas semanas quedará claro quién maneja el área si es que finalmente se va hacia el rumbo que marcó la vicepresidenta.
Pero Fernández también empezará a escuchar más a dos ministros propios. Juan Zabaleta (Desarrollo Social) y Gabriel Katopodis (Obras Públicas) fueron clave en estos días de negociación. La evaluación es positiva también al sostener que se fortaleció la unidad del Frente de Todos con un mayor equilibrio de fuerzas.
El cambio en el ministerio de Educación con la salida de Nicolás Trotta es un caso particular. Jaime Perczyk recibió llamados de los distintos sectores de la alianza para adjudicarse el nombramiento. Se lleva bien con todos.
El rol de Sergio Massa esta vez fue el más acotado de todos. Fue parte de la negociación para que la alianza no se rompiera pero no llegó a ser parte del poroteo. Al no mostrarse ni de un lado ni del otro, aseguran que logró recuperar credibilidad ante la mirada atenta de que podría hacer uso del apodo “ventajita” que tanto lo lastimó.