Fabián Gutiérrez, quien ahora pidió convertirse en arrepentido en la causa de los cuadernos del chofer Oscar Centeno, fue el primer secretario privado que renunció al cargo durante la era K. Lo hizo en enero de 2010 tras ser imputado en una causa por enriquecimiento ilícito. Durante sus años en la Presidencia, Cristina Kirchner tuvo 13 secretarios privados, muchos de ellos incrementaron fuertemente su patrimonio durante la gestión y algunos hasta debieron dejar el puesto acusados de distintos casos de corrupción.
Gutiérrez ingresó a la Casa Rosada en 2003 y hasta 2010 el patrimonio había aumentado un 765%. Quedó en la mira de la Justicia por una mansión de 480 metros cuadrados construida en El Calafate. En aquel entonces, el juez Claudio Bonadio había imputado también a otros secretarios: Isidro Bounine, Daniel Muñoz y Daniel Álvarez por el incremento en sus bienes. Causa en la que más tarde fueron sobreseídos.
Alvarez renunció a los pocos días de haberlo hecho Gutiérrez. Sus activos habían pasado de $ 6 mil a $ 300 mil y sumó varios terrenos en El Calafate.
Gutiérrez fue reemplazado por Pablo Barreiro, quien también aumentó sus bienes con la llegada al Gobierno. Es hijo de Ricardo, el jardinero de los Kirchner en Río Gallegos que se convirtió en secretario privado de Néstor cuando llegó a la Presidencia. Pablo fue el encargado de manejar las redes sociales mientras estuvo al lado de Cristina, aunque también tenía experiencia como empresario ya que en 2006 creó la empresa RP Transporte SA. Ahora, entre otros negocios, tiene junto a su padre el exclusivo restaurante Campo Grande de El Calafate. En sus años como secretario presidencial su patrimonio creció más del 115%.
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A fines de 2011, en reemplazo de Bounine asumió Federico Aguirres. Anteriormente, había trabajado junto a José López en el Ministerio de Planificación. En su primer año al lado de la ex presidenta pasó de declarar $ 320 mil a $ 1.150.000. Además, contaba con distintas propiedades en Chivilcoy. Tras su partida llegó Mariano Cabral, dirigente de la agrupación Peronismo Militante y ex colaborador de Oscar Parrilli. Solo durante 2014 el patrimonio de Cabral creció un 111%. Ese año, otro de los secretarios, Diego Bermúdez Bringüe tuvo un crecimiento de activos del 80%.
Juan Francisco Tartu Alarcón fue otro de los hombres que trabajó junto la ex presidenta. En 2013, había declarado un patrimonio negativo de más de diez mil pesos, pero al año siguiente ya contaba con bienes por $ 800 mil. En su declaración jurada omitió informar que era propietario de un toro campeón valuado en $ 150 mil que vendió su semen en 250 dosis en un año.
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Héctor Humberto Farías Brito acompañó a Cristina Kirchner desde que fue senadora y se fue en mayo de 2014 cuando la Justicia encontró durante un allanamiento un sobre con su nombre manuscrito con el pedido para que una diputada kirchnerista favoreciera a una aspirante a jueza. Al irse declaró un millón y medio de pesos y distintas propiedades.
Carlos López llegó al cargo de secretario en 2014 para reemplazar a Farías Brito. Llegó al kirchnerismo de la mano del Frente Grande y después de ser un enlace con los diputados se convirtió en secretario de Parrilli para después pasar al entorno presidencial. Supo tener un rol más político que cualquier otro secretario, pero al finalizar el mandato de Cristina fue uno de los pocos que dejó la función sin un incremento importante de su matrimonio. En la actualidad suele estar en el Instituto Patria y algunas veces acompaña a la ex presidenta al Congreso.
