El miércoles 6 de julio, el Presidente recibió a sus dos socios del Frente de Todos (FdT) en un encuentro que significó el primer cara a cara del año. En las más de dos horas que duró el encuentro, Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa pudieron llegar a un principio de acuerdo para avanzar en nuevas reglas para el año y medio de gestión, pero también se hubo puntos de desencuentros que intentarán ser salvados más adelante.
Esta vez, la titular del Senado no se quedó a cenar ya que la esperaba el festejo de cumpleaños de su hija Florencia, quien celebró en las redes sociales dejando un mensaje sugestivo para las elecciones del 2023. El primero en arribar a la Quinta de Olivos fue Alberto Fernández, lo hizo en helicóptero desde la Casa Rosada.
Cristina Kirchner llegó a la reunión por el ingreso de Avenida Libertador y Sergio Massa lo hizo por la calle Malaver.
Se trató de la primera reunión del año que compartieron el Presidente, la vicepresidenta y el titular de la Cámara de Diputados en este 2022. La disputa entre el jefe de Estado y su compañera de fórmula llevó a que los tres dirigentes más importantes del FdT no pudieran reunirse hasta esta semana y que solo Sergio Massa pudiera mantener encuentros bilaterales con ambos aunque meses atrás advirtió que ya no actuaría como mediador.
La reunión revelada por PERFIL se mantuvo en total hermetismo. Incluso, la portavoz oficial, Gabriela Cerruti la desmintió. Sin embargo, según pudo reconstruir este medio, la vicepresidenta adelantó en el encuentro del miércoles mientras caía el sol que seguiría apuntando contra Martín Guzmán, algo que finalmente sucedió este viernes. En este punto se dio la primera coincidencia: el Presidente que sostuvo al ministro de Economía hasta su renuncia se mostró molesto por la forma en la que dejó el gobierno.
La semana que pasó, el ahora ex funcionario le había pedido al presidente la renuncia del Secretario de Energía, Darío Martínez. El Presidente se negó a mover a un dirigente que responde a la vicepresidenta lo que llevó a Guzmán a presentar su renuncia. Sin dar nombres, Máximo Kirchner hizo pública esta discusión. “Esto que ha a pasado en los últimos días que vaya a saber como habrá sido, pero no comunicándose con el presidente habla de una irresponsabilidad supina. A partir de ahí confirmé la doble vara de los medios de comunicación, como trataron cuando uno dejo la conducción del bloque por un desacuerdo político. Y yo no fui al presidente para pedirle cargos. No fui a pedirle que eche a ningún compañero de la gestión, lo único que quería demostrar era que las negociaciones que había llevado adelante el ministro de economía no eran todo lo buena que podrían ser para nuestra gente”, dijo el diputado.
Quien le había pedido al Presidente que desplace a funcionarios fue Guzmán, quien venía sufriendo fuertes internas con los dirigentes que responde al kirchnerismo. Ahora, con la asunción de Silvina Batakis, Martínez y su subsecretario, Federico Basualdo, quedaron ratificados.
Pero Cristina Kirchner también dejó en claro que el kirchnerismo seguirá apuntando contra el control de los planes sociales por parte de las organizaciones sociales y la discusión con el Movimiento Evita no se acallará. En esta disputa también entran en juego una pelea territorial en la provincia de Buenos Aires y una batalla dialéctica que se dio en los últimos días con sus principales dirigentes: Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro. Después de que la vicepresidenta cuestionara el manejo de los planes, estos dirigentes y funcionarios salieron a cruzarla, algo que molestó al kirchnerismo. “Cristina habló de que el Estado no debe tercerizar el manejo de los planes y ellos salieron a atacarla con que no recorre los barrios y otras cosas más”, dicen desde el entorno de la vicepresidenta. Esta pelea llegará a las elecciones cuando el Movimiento Evita busque poner candidatos en distintos distritos de la provincia de Buenos Aires.
El principal acuerdo tuvo que ver con empezar a coordinar la política económica entre los tres sectores de la alianza. Acordaron que no habrá críticas a la gestión que viene y buscarán dar un mensaje unificado.
La discusión por otros cambios en el gabinete quedarán para más adelante. En las últimas horas, Alberto Fernández se mostró agradecido con Massa por haber estado a su lado durante un fin de semana frenético y en su intimidad se quejó de los rumores que corrieron en las últimas horas que incluían desde peleas hasta renuncias. “No hubo nada de eso, tengo que leer cada cosa”, criticó desde la Quinta de Olivos.