A horas de realizarse los comicios para elegir gobernador, José Broco y Nicolás Balinotti no logran que las librerías tucumanas acepten vender su libro El zar tucumano, donde ponen al descubierto algunos hechos de corrupción que salpican al poderoso mandatario , José Alperovich, que este domingo buscará su tercera reelección.
En el capítulo "Hay obras públicas para todos" cuentan con lujo de detalles el pedido de coimas que realizó Antonio Galera, en nombre de Julio De Vido, para otorgar la construcción de 4 mil viviendas al empresariado tucumano.
“Los constructores quisieron agasajar a Galera y lo llevaron a almorzar a un bar de la capital tucumana. El mozo aún no se había llevado el pedido cuando Galera les advirtió a los comensales 'Muchachos hay que poner el cinco por ciento en cada obra adjudicada'", asegura la publicación.
“Ante la negativa de los empresarios, el gobierno nacional había decidido no enviar los fondos comprometidos para los anticipos de obras. Los tucumanos argumentaron que no habían sido advertidos de las comisiones y lograron reducir el porcentaje de las mismas. Con el tiempo, Galera, dejó de ser un enviado de De Vido y pasó a ser un recaudador, un valijero”, revela El zar tucumano.
Galera instalado en un hotel cinco estrellas, recibía a los empresarios tucumanos, que en bolsas de consorcio negras le dejaban la recaudación. “La entrega de dinero al enviado de la Nación se hizo al menos dos veces”, según pudieron reconstruir Broco y Balinotti para su investigación.
Un tiempo después, el nombre de Antonio Galera saldría a la luz por uno de los hechos de corrupción más grande del país: el pago de coimas para la construcción del gasoducto del norte, conocido como el caso Skanka.
(*) Especial para Perfil.com desde Tucumán
