El grave ataque recibido este jueves por la vicepresidenta Cristina Kirchner en Recoleta produjo una modificación radical de su rutina, basada en lo sucesivo en estrictas medidas de seguridad. Tras reunirse el viernes 2 de septiembre con Alberto Fernández, un día después del violento atentado, el mandatario le habría cedido un vehículo blindado perteneciente a la flota presidencial para reforzar la seguridad de la titular del Senado.
Al término de la reunión con el jefe de Estado, la líder del Frente de Todos contaba con un vehículo de alta gama a su entera disposición, ya que abandonó su hogar a bordo de un Ford Mondeo blindado negro, a diferencia del Toyota blanco que solía utilizar.
Se trata de una de las dos unidades que pertenecían a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y que habían sido adquiridas durante el gobierno de Mauricio Macri.
Resguardada, con auto blindado y megaseguridad: la nueva vida de Cristina Kirchner
"Se lo cambiaron porque el otro necesitaba un service", consignaron a la agencia de noticias NA fuentes oficiales de la Casa Rosada, luego de que Cristina Kirchner se retiró este viernes de su domicilio con un Ford Mondeo de color negro.
El cambio de vehículo se visibilizó cuando Cristina Kirchner salió por primera vez desde su domicilio este viernes, a menos de 24 horas del fallido intento de asesinato, hacia un destino que no fue revelado para resguardar la seguridad de la ex mandataria.
La custodia de CFK: en la mira
Hasta este último viernes Cristina Kirchner utilizaba un automóvil blindado de color blanco, pero debió cambiar de unidad porque la que tenía asignada se encuentra en reparación.
La modificación de vehículo coincide con el momento en el que se extremaron los protocolos de seguridad y el equipo que integra la custodia de la vicepresidenta quedó severamente expuesto, tras la maniobra ejecutada por Fernando Sabag Montiel a centímetros de la cara de Cristina.
Por su parte, el atacante se negó a declarar ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, por lo cual la magistrada tiene un plazo de diez días hábiles para dictar su procesamiento, sobreseimiento o falta de mérito.
CA/HB