“Así no votamos nada, que vuelvan a mitad de enero cuando la recaudación les dé mal”. Enojado, uno de los diputados provinciales más cercanos a la exgobernadora María Eugenia Vidal, había salido de la última reunión con el oficialismo. El pedido de Juntos por el Cambio: que el tope del aumento inmobiliario-rural no superara el 55% de inflación (el proyecto original llevaba hasta el 75%, de manera progresiva, para viviendas y campos más grandes).
Pero el acuerdo nunca llegó. Vidal dio el aval, vía WhatsApp, a los intendentes Jorge Macri (Vicente López), Néstor Grindetti (Lanús) y Julio Garro (La Plata) para unificar la negativa a aprobar la ley impositiva que envió el gobernador Axel Kicillof el 24 al mediodía por el Senado provincial, donde la oposición tiene 26 de 46 bancas.
Detrás, había negociaciones desenfrenadas. Hacia afuera habían comenzado a discutirse los lugares en el directorio del Banco Provincia y la idea de morigerar la suba de impuestos. Hubo una serie de interlocutores, además de los intendentes: Roberto Costa, senador provincial, y Adrián Urrelli, diputado provincial, fueron dos de las voces que se sumaron en la negociación. A ellos se plegó también el senador platense, Juan Pablo Allan, de buena sintonía con el senador nacional Esteban Bullrich y con Garro. En consonancia, el ex jefe de Gabinete, Federico Salvai, y el legislador Alex Campbell, participaron. El diputado Daniel Lipovetsky encabezó, junto al diputado Sergio Siciliano, la primera comitiva que negoció la ley junto a diputados y funcionarios del oficialismo, el jueves por la noche pero no lograron alcanzar un acuerdo. Ese día Costa salió, disgustado, de uno despacho oficialista donde comenzaba a discutirse la ley. Hasta se olvidó su saco dentro.
Pero la posición parlamentaria ante proyectos del gobernador ya había comenzado a debatirse en Juntos por el Cambio de manera conjunta antes. Ya el viernes 20, en Pizza Cero, un bar de Palermo, Vidal había reunido a un grupo de legisladores, exfuncionarios bonaerenses e intendentes con la idea de unificar una estrategia: se le daría apoyo al gobernador pero no "carta blanca" en sus iniciativas.
En este marco, Jorge Macri aseguró que “esta ley es un proyecto de mucho impacto, extenso, complejo, si es necesario darle tratamiento en extraordinarias con algo consensuado lo haremos, nuestros equipos técnicos están dispuestos a trabajar y les daremos las herramientas pero con un consenso”, afirmó en conferencia de prensa. Por su parte, el diputado radical Maximiliano Abad expresó que “colaboramos en muchas cosas en estos días, pero esta ley no es para unos pocos, afecta a 2,6 millones de bonaerenses y no lo vamos a aceptar”.
En diálogo con PERFIL, Lipovetsky añadió: "Estamos dispuestos a trabajar todo lo que sea necesario para encontrar una solución que le sirva a los requerimientos fiscales del Gobierno pero sin imponer aumentos a los bonaerenses por encima de la inflación. Leyes como éstas requieren un trabajo de consenso donde es necesario que haya diálogo y flexibilidad sin buscar réditos politicos sino soluciones institucionales".
Por su parte, el vicepresidente del bloque de Juntos por el Cambio, Alex Campbell, fue más duro: "El Gobernador busca una victoria política a costa del esfuerzo de los bonaerenses". "El proyecto se presentó en Nochebuena y se pretendía aprobar en un trámite express. No quisieron escuchar y siguen con este paquete impositivo que es un impuestazo para los bonarenses", resumió, ante la consulta de este medio.
En este marco, dadas las cosas, la oposición insistirá en que Kicillof modifique el proyecto original y que, a la vez, trabaje sobre el Presupuesto 2020. "No podemos acompañar este aumento impositivo así como está, sin saber en qué se van a gastar dichos ingresos", fue una de las cuestiones que transmitieron desde Juntos por el Cambio. En segundo lugar, las fuentes indicaron que estarán para una sesión extraordinaria que permita debatir el tema.
“Este aumento le pega de lleno a nuestro electorado, es una locura, después la van a culpar a María Eugenia de la suba”, se quejaba ante PERFIL uno de los diputados del bloque opositor. Pero en el bloque de Juntos por el Cambio florecían las internas. En primer lugar, había quienes objetaban los nombres para el Bapro (César “el Tuta” Torres, de Jorge Macri, y Roberto Gigante, ex ministro de Infraestructura bonaerense, de Grindetti) y en segundo lugar hubo desazón: dos legisladoras estaban de vacaciones y no volvían.
Noelia Ruiz se fue al sur y nadie pudo ver los pasajes de regreso. Hasta la oyeron culpar al paro de una aerolínea. Pero al cierre de esta edición disfrutaba del paisaje paradisíaco de la arboleda y los lagos del sur. El otro caso es el de Sandra París, fanática de Miami, quien esta vez optó por pasar las fiestas en Nueva York. Precandidata a intendente de Zárate, la diputada de la segunda sección electoral no volvió.