El príncipe Harry y Meghan tomaron una decisión sobre su hija Lilibet que provocó el enojo de Isabel II antes de morir
Un reciente libro acerca de la familia real británica revela que la elección de los duques de Sussex de nombrar a su hija con el apodo "Lilibet", en honor a su difunta abuela, irritó profundamente a la ya fallecida monarca Windsor. El príncipe Harry y Meghan tomaron una decisión sobre su hija Lilibet que provocó el enojo de Isabel II antes de morir
El principe Harry y Meghan tomaron una decision sobre su hija Lilibet que provocó de Isabel II antes de morir |
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La proliferación de libros centrados en la familia real británica parece incesante. Tras las controvertidas memorias del príncipe Harry y el reciente 'Endgame' de Omid Scobie, surge un nuevo volumen que examina las interioridades de la familia real británica, incluyendo, por supuesto, su cuota de escándalos. Titulado 'Carlos III: nuevo Rey, nueva Corte', este libro es obra del experto en casas reales Robert Hardman y está siendo publicado en entregas en el 'Daily Mail'. Un fascinante fragmento dentro de la obra aborda uno de los últimos desencuentros entre Isabel II y los duques de Sussex, relacionado con la elección del nombre para su hija.
Dentro de su obra, Hardman explora, entre otros temas, las repercusiones de la decisión de los Sussex de renunciar a sus responsabilidades reales. El autor proporciona detalles sobre cómo el príncipe Guillermo consideró que los ataques de su hermano hacia Kate Middleton eran "lo más bajo a lo que se podía llegar". Además, revela cómo Carlos III quedó "profundamente herido" por las acciones de su hijo, aunque aprendió a sobrellevar el trauma familiar y reconoce que "siempre tendrá la puerta abierta" para él.
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Particularmente destacado es el pasaje que aborda la indignación de la difunta monarca ante la decisión de su nieto de utilizar su apodo para bautizar a la menor de la familia. Según un miembro del personal en Buckingham, la reina Isabel II "manifestó un enojo mayor del que nunca había presenciado" cuando Harry y Meghan afirmaron que ella había dado su aprobación para que su hija fuera llamada Lilibet, insistiendo en que no habrían utilizado su nombre cariñoso si ella no les hubiera "respaldado".
La pareja llegó incluso a instruir a su equipo legal de Schillings para que enviara cartas a emisoras y editoriales de noticias, especialmente a la BBC, declarando que las afirmaciones sobre no haber solicitado permiso eran falsas y difamatorias, y exigiendo que no se repitieran. Sin embargo, el libro revela que cuando los Sussex intentaron "respaldar" su versión de los hechos con el Palacio, fueron "rechazados".
En el año 2021, la elección del príncipe Harry y su esposa de nombrar a su nueva hija Lilibet generó controversia. La pequeña, nacida en California y que solo estuvo brevemente en el Reino Unido, lleva el apodo que la difunta reina usaba en su infancia, derivado del hecho de que la princesa Isabel no podía pronunciar correctamente su nombre cuando era niña.
Este apelativo era utilizado únicamente por sus padres, el rey Jorge VI y la reina madre, así como por su hermana, la princesa Margarita, su esposo, el príncipe Felipe, y unos pocos amigos cercanos. En ese momento, la BBC informó que una fuente del Palacio indicó que los Sussex no habían consultado a la reina sobre el uso de dicho nombre. Otros medios británicos sugirieron que, aunque el príncipe Harry había hablado con su abuela al respecto, esta se sintió incapaz de expresar su desacuerdo.
"El duque habló con su familia antes del anuncio; de hecho, su abuela fue el primer miembro de la familia al que llamó. Durante esa conversación, él compartió su esperanza de llamar a su hija Lilibet en su honor. Si ella no les hubiera apoyado, no habrían utilizado el nombre", declaró entonces un portavoz de los Sussex.
Hardman destaca que ciertos integrantes de la familia real británica se mostraron perplejos ante la aparente "omisión" por parte de Harry de todo este incidente en sus memorias. A pesar de las amenazas iniciales de emprender acciones legales, estas finalmente se disiparon y las demandas por difamación contra la BBC nunca llegaron a concretarse.
