Fue una modelo de la camada que formaron entre otras, Karina Rabolini, Ginette Reynal, Karina Laskarin. De ese grupo que hacía publicidades, desfiles y sobre todo, producciones en revistas de moda, formó parte Marcela Amado, la hoy suegra de Lali Espósito. En esa época que va de comienzos de los años ochenta a inicio de los noventa, las redes sociales no estaban ni en los planes de Bill Gates y ser influencer ni siquiera era un concepto de marketing.
Por entonces, las modelos comenzaron a ser personajes atractivos para los medios de comunicación por fuera de su quehacer profesional. Y en las revistas donde el mundo del espectáculo aportaba “las figuras” mediáticas, las modelos se fueron posicionando en las páginas porque protagonizaban una publicidad exitosa, o también porque iniciaban alguna relación con un famoso sea este actor, futbolista y quizá un modelo. Recién con la consolidación del menemismo en los noventa, se sumaría a ese grupo el combo “modelo y empresario”.
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De todos modos, en ese escenario de cambios de paradigma, Marcela Amado fue de las modelos de bajo perfil, con una vida privada fuera de los medios. Las fotos actuales y las de aquel entonces también dan cuenta que tiene el mismo estilo: una morocha alta, de piernas largas y de aspecto super relajado. Una especie de Rooney Mara pero con sangre ciento por ciento latina.
Cuando las pasarelas y las producciones de moda le dieron la bienvenida a la nueva camada de modelos, Marcela Amado siguió conectada a ese universo y durante muchas años siendo una de las productoras de moda de la edición argentina de la revista Elle.. Y como fashion stylist (estilista de moda), y desde hace unos años es asesora de imagen de Susana Giménez. Y la madre de Pedro Rosemblat, comunicador con canal de streaming propio –Gelatina–, y el novio de Lali Espósito.
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