La duquesa de York, Sarah Ferguson, podría dar pronto un gran paso profesional que la llevaría a conducir un programa de televisión en los Estados Unidos, en un intento por ayudar a su exmarido, el príncipe Andrés, a pagar sus crecientes facturas.
La duquesa de York está cerca de conducir un programa de entrevistas en Estados Unidos después de reunirse con la productora de televisión Amy Rosenblum en Nueva York. "Sarah me dijo: '¡Quiero un programa! ¡Quiero un programa!'", relató Rosenblum.
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Rosenblum, que fue productora del programa matutino más visto de Estados Unidos, el "Today Show" de la cadena NBC, dijo: "Hice un piloto con ella hace unos 15 años. Nos enfrentamos a Ellen DeGeneres y finalmente eligieron a Ellen. Pero Sarah fue realmente buena cuando hicimos el piloto".
Una fuente de Disney Studios dijo que la duquesa de York espera "ganar alrededor de 2,5 millones de dólares anuales, pero esa cifra aumentaría considerablemente si su programa fuera un éxito". "Ella siempre ha tenido buena aceptación en Estados Unidos", elogió.
Ferguson, de 64 años, está divorciada el príncipe Andrés desde 1996, pero los dos mantienen una excelente relación y viven juntos en el Royal Lodge, una mansión de 30 habitaciones, rodeada de 40 hectáreas de jardines y a 40 kms de Londres.
La prensa británica asegura que "Fergie" está dispuesta a ayudar al príncipe Andrés con el pago de las facturas de los trabajos de mantenimiento esenciales" de su residencia cerca del Castillo de Windsor, que podrían ascender a 3 millones de dólares.
Una persona cercana a la pareja dijo: "Es cierto que Sarah quiere ayudar a Andrés a quedarse en lo que ella considera su hogar familiar. Ella vive en Royal Lodge cuando está en el Reino Unido. Es en gran medida la base de su familia".
"Andrés perdió mucho y ella hará todo lo posible para ayudarlo a conservar la casa, aunque pueda resultar insostenible a largo plazo", remarcó.
Tras la muerte de la reina Isabel II, en septiembre del año pasado, el rey Carlos III hizo lo posible para que su hermano Andrés, desprestigiado por su implicación en la red de pedofilia de Jeffrey Epstein, abandone la vivienda afirmando que necesita grandes obras de restauración.
Según diarios londinenses, Carlos III creía que la mansión Lodge podría reutilizarse de manera más efectiva, pero el príncipe Andrés obtuvo un contrato de arrendamiento por 75 años.
La casa se había deteriorado considerablemente, y el príncipe invirtió hasta 9 millones de dólares de fondos personales para renovar el edificio, y por eso se niega a mudarse. Finalmente, el rey permitió que Andrés continúe viviendo en Royal Lodge a condición de que pague por las obras.
La caída en desgracia del príncipe Andrés
La caída de Andrés ocurrió después de que fuera mencionado como parte del entorno del financista estadounidense Epstein en 2019. Acusado y detenido en 2019 por organizar por varios años una red de decenas de jóvenes menores de edad bajo su control y con las cuales tuvo encuentros sexuales, el millonario se suicidó en prisión en agosto de ese año, antes de enfrentar su juicio.
En una polémica entrevista con la periodista Emily Maitlis de la BBC, en noviembre de 2019, Andrés aseguró que había cortado lazos con Epstein después de visitarlo en Nueva York en 2010. Cuando la periodista le preguntó si había vuelto a verlo o hablar con él desde entonces, Andrés respondió que no.
La entrevista derivó en un aluvión de críticas por la falta de empatía de Andrés para con las víctimas de sus amigos Epstein y Ghislaine Maxwell (su socia, que ahora cumple condena en una prisión de alta seguridad de Nueva York) y el príncipe se vio obligado a renunciar como miembro trabajador de la familia real británica.
En 2020, la estadounidense Virginia Giuffre presentó una demanda civil contra Andrés en un tribunal en Nueva York afirmando que mantuvo relaciones sexuales tres veces con él cuando ella tenía 17 años y era menor de edad para la legislación estadounidense.
A principios del año pasado Giuffre llegó a un millonario acuerdo económico extrajudicial con el príncipe que se estimó que alcanzó unos US$16,3 millones para evitar un vergonzoso proceso para la familia real británica. El príncipe no fue procesado penalmente y sigue negando las acusaciones.
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El príncipe se arrepiente
Desde principios de 2020, Andrés está prácticamente retirado de la vida pública. En septiembre del año pasado hizo un breve regreso a la escena pública tras la muerte de su madre, la reina Isabel II, quien lo despojó de sus títulos militares a principios de 2022 por presión de las fuerzas armadas.
Andrés todavía está presente en ciertos eventos reales, como la coronación de Carlos III, aunque ya no aparece en el balcón del Palacio de Buckingham junto a otros miembros de la realeza ni mantiene actividad.
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Se cree que Carlos III se muestra renuente a permitir que Andrés vuelva a formar parte de la familia real oficialmente, y para ello cuenta con el fuerte apoyo del futuro rey, el príncipe Guillermo.
En tanto, Andrés "lamenta profundamente" el daño que infligió a la Casa de Windsor, pero asegura que "no fue intencionado", según una persona cercana al príncipe.
"Si fueras Carlos, ¿preferirías tener un problema que se parezca a Harry y Meghan o un problema que se parezca a Andrés?", dijo un amigo. "Andrés aceptó su castigo, se retiró de la vida pública e hizo todo lo que se le pidió. Sabe que dañó a la monarquía. También lo hicieron Harry y Meghan".
"La diferencia es que [Andrés] lo lamenta profundamente y no fue intencional, mientras que Harry y Meghan deliberadamente se propusieron causar tanto daño como pudieran a Carlos y Camilla para vender libros y programas de televisión. Ese es un asunto completamente diferente".
