El rey Carlos III aceptó que es hora de desmantelar el tren, cuya historia se remonta a la reina Victoria, porque su funcionamiento es demasiado costoso y habría necesitado una modernización significativa para contar con sistemas ferroviarios más avanzados.
El transporte sería reemplazado por helicópteros.
En ese contexto, James Chalmers, el funcionario del palacio a cargo de los asuntos financieros del rey, expresó: “Al avanzar, no debemos estar atados por el pasado. Así como muchas partes del trabajo de la casa real se han modernizado y adaptado para reflejar el mundo de hoy, también ha llegado el momento de despedirnos con el mayor de los afectos, mientras buscamos ser disciplinados y con visión de futuro en nuestra asignación de fondos”.
El tren, en realidad un conjunto de nueve vagones que pueden engancharse a locomotoras comerciales, será dado de baja en algún momento antes de que expire el contrato de mantenimiento actual en 2027.