REPERFILAR
OPINION

Carlos Ares: "Alberto o Cristina ¿Qué Fernández manda acá?

La columna fue tomada del formato audiovisual del programa "RePerfilAR", de NetTV.

El conflicto social está a punto de hervor. Si no teníamos suficientes quilombos, la justicia parió a Lázaro Báez y el geriátrico a los Montoneros. Por más intentos que hagamos de negar las preguntas para tratar de zafar, En general, hacerse el boludo en este país no impide que suceda lo que sabemos que va a pasar. ¿Qué Fernández manda acá?

 El Gobierno nació débil. El candidato fue elegido por el dedo del mando a distancia que ejerce la vicepresidenta y no deja de ser en los hechos, el jefe de gabinete de los Kirchner, que siempre fue. El control remoto le cambia a cada instante el canal.

Alberto Fernández alcanza a decir medias verdades o se contradice según la audiencia que escucha el programa. La crisis económica y social, agravada por la pandemia, acelera un conflicto de intereses que, en condiciones menos dramáticas, hubieran tardado un poco más en manifestarse. Pero el choque entre sí de las fuerzas en el poder era inevitable. ¿Qué Fernández manda acá, Alberto o Cristina?

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Alberto Fernández patalea. Trata de mantener la cabeza fuera del agua, pide socorro. Confía en que habrá una marcha multitudinaria de personas de bien, que acudirán a tirarle de los brazos para sacarlo del remolino que se lo lleva. Se da así una paradoja presidencial que podríamos llamar paradoja De la Rúa. Esto es, cuanta más energía gasta en explicar, menos poder tiene para hacer.

El gobierno débil se asienta sobre una democracia lábil. El virus de la intolerancia infecta todo lo que toca. La convivencia padece desde hace tiempo malestares de base que agravan el pronóstico. El sistema necesita limpiar las arterias que vuelvan a circular los debates honestos, el intercambio de ideas, los consensos, la palabra dada y respetada, para evitarnos a todos un colapso cardíaco. En ese sentido, la buena noticia es que la oposición parece haberse detenido ante el abismo. Presentó al Gobierno una propuesta escrita en la que ofrece cuatro acuerdos para una nueva etapa. En realidad, son los de siempre, los básicos para una convivencia democrática. Los que se fueron perdiendo porque una minoría de políticos patógenos, enfermos del poder pudren todo lo que tocan. Queda por ver cómo y qué Fernández responde a esa oferta de la oposición. Entonces se sabrá y sabremos quién manda y si hay esperanzas o no de que esto cambie para mejor.