El Gobierno nacional avanzó en modificaciones en la normativa que enmarca el segmento de garrafas de consumo hogareño, en procura de “modernizar y desregular” un sector que funcionaba en el marco de una legislación sancionada en 2005.
La medida publicada en el Boletín Oficial a través del decreto Delegado 446/2025, con cambios significativos en la Ley 26.020 que regula el mercado del Gas Licuado de Petróleo (GLP).
El nuevo modelo en sus principales aspectos busca promover el libre acceso a la actividad, eliminando la necesidad de obtener permisos previos para ser fraccionador, distribuidor o comercializador de GLP, promueve un esquema de inspecciones de seguridad eficientes, pone fin de los intermediarios en centros de canje, libera la importación y exportación y elimina precios de referencia, largamente cuestionados por la industria.
¿Cuál es el objetivo principal de la medida? fomentar una mayor competencia y eficiencia en el sector.
A nivel local, el GLP abastece al 45% de la población, especialmente en zonas sin acceso a la red de gas natural. Su formato más común es la garrafa de 10 kilos, aunque también se usa en cilindros de 45 kilos y en tanques a granel para industrias y comercios, principalmente.
Argentina produce más del doble del GLP que consume, y esa sobreoferta por el desarrollo de Vaca Muerta asegura el abastecimiento interno y permite un creciente saldo exportable.
Mientras el consumo interno ronda 1,5 millones de toneladas anuales, se exporta otro tanto, principalmente a países limítrofes como Chile y Brasil, una tendencia que podría intensificarse en los próximos años.