La agencia Noruega de Medicamentos registró 33 muertes, incluidas personas mayores y frágiles, desde que comenzó con la campaña de vacunación "anti-COVID-19" de Pfizer-BioNtech. Si bien aún no hay certezas, la institución informó que los pacientes, además de ser añosos, se encontraban en un cuadro de salud delicado.
Por ello, RePerfilAr se comunicó con Gonzalo Pérez Marc, investigador clínico y director de estudio de la vacuna de Pfizer en Argentina, quien afirmó: "Hay que tener cuidado con este caso, porque me parece que Noruega usó la vacuna para pacientes que estaban muy graves y muy añosos".
"Ellos usaron como principal estrategia de vacunación a los pacientes muy ancianos institucionalizados", continuó el especialista. Además, añadió que, "muchos de ellos estaban en estado grave y lo que sucede con esto es que queda enmarcado dentro de la campaña de vacunación y genera dudas, que tienen que ver con la comunicación".
Para Pérez Marc: “Mucha gente fallece y no tiene que ver por la vacuna, sino por causas naturales o por enfermedades preexistentes”.
Además, explicó que en los resultados arrojados en los ensayos la vacuna de Pfizer hubo “la misma cantidad de fallecidos, tanto en la rama de los que se aplicaron la vacuna como los que tuvieron placebo”.
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Lo que se vio en Noruega es que “eran pacientes graves, que tenían una edad avanzada e institucionalizados”, con lo cual “tenían mucho riesgo que esto les sucediera", explicó el especialista.
Según Gonzalo Pérez Marc a esto se lo conoce como “sesgo”, dado que se induce al error porque se aplica la vacuna en pacientes graves “con una intención de evitar en esos pacientes la enfermedad pero con un riesgo, aunque te abre la posibilidad de que muchos fallezcan”.