Larry Flynt era el fundador y director de una revista porno que se llamaba Hustler, que era mucho más transgresora y agresiva que Playboy. Cuando esa revista se hace popular, y eso cuenta la película, que un obispo americano se la agarra con la revista y la denuncia. Entonces, Larry Fltnt decide publicar montajes donde aparece el obispo. El obispo le hace juicio y el dueño de la publicación decide que su caso iba a ser de referencia para defender la libertad de expresión.
Luego de muchas polémicas, logra que la Corte Suprema de Estados Unidos decida que la libertad de expresión amparaba su derecho a ofender severamente a ese obispo que perdió el juicio.
En la película se ve como Larry Flynt sale y en las escalinatas de Tribunales dice: “Ustedes que me odian porque creen que soy sucio o soy el peor, pueden estar tranquilos. Porque si yo que soy el peor tengo derecho a publicar lo que yo quiero, todos ustedes que son más prolijos, más serios, más respetables van a tener libertad de expresión”.
La Corte Suprema de Justicia tomó una decisión bastante parecida a la que tomó en ese momento, Estados Unidos. La Revista Barcelona publicó en tapa una caricatura de Cecilia Pando, una mujer que defendía a criminales de lesa humanidad. Pero la publicó de una manera muy ofensiva.
Naturalmente Pando se sintió ofendida y protestó ante los jueces y pidió una reparación económica. Ganó el juicio en primera y segunda instancia, pero la Corte no le dio la razón. La Corte consideró que la libertad de expresión ampara y protege el derecho a ese tipo de sátiras y ese tipo de ofensas.
Eso significa que de aquí en más eso rige para todos. O sea, si una persona que odia a Cecilia Pando, con razón, se siente alegre porque eso pasa, que sepa que eso me puede pasar a mí, a Macri, al Papa, a Cristina, a Mahoma, a Jesús o a Dios.
La Corte Suprema acaba de decir que uno puede satirizar, ironizar, ofender y publicar algo que suene agresivo porque la libertad incluye ese tipo de actitudes. Me parece una gran noticia para la democracia y para la libertad.
