Las quemaduras son lesiones que dañan los tejidos del cuerpo y pueden tener consecuencias graves si no se tratan correctamente. Pueden producirse por diversas causas, desde el contacto con fuego o líquidos calientes hasta la exposición solar, el uso inadecuado de productos químicos o la electricidad.
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La gravedad de una quemadura depende de la profundidad y la extensión de la zona afectada. Algunas curan sin dejar secuelas, pero otras pueden comprometer músculos, huesos y órganos vitales. En estos casos, la atención médica inmediata es clave para evitar complicaciones.
Tipos de quemaduras y sus características
Las lesiones se clasifican según su gravedad. Las de primer grado afectan solo la capa superficial de la piel, provocando enrojecimiento y dolor leve. Las de segundo grado pueden formar ampollas y comprometer capas más profundas, mientras que las de tercer y cuarto grado destruyen por completo la piel y los tejidos subyacentes, requiriendo atención médica urgente e incluso injertos.

Qué hacer ante una quemadura: pasos básicos de emergencia
La dermatóloga de OSPEDYC, Dra. Yael Borojovich, subrayó que actuar rápido puede marcar la diferencia entre una recuperación completa y una lesión permanente. “Ante una quemadura por fuego es fundamental actuar con rapidez. Si la ropa de la persona tiene llamas, hay que sofocarlas envolviendo el cuerpo en una manta o haciendo que ruede por el suelo. Luego se debe enfriar la zona con agua corriente, pero nunca con agua helada”, explicó la especialista.
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También recomendó retirar la ropa u objetos que no estén adheridos a la piel, no romper ampollas y no aplicar remedios caseros como manteca, pasta dental o aceites, ya que pueden agravar la lesión. Lo ideal es cubrir la zona con gasas estériles y buscar atención médica inmediata.
Zonas críticas y atención prioritaria
Hay áreas del cuerpo donde incluso una quemadura pequeña requiere atención especializada. “La cara, la boca y la garganta, las manos, los genitales y las articulaciones deben tratarse con urgencia. También las quemaduras que cubren superficies mayores a ocho centímetros o aquellas que causan hinchazón rápida”, señaló Borojovich.
En niños y bebés, el cuidado debe ser aún más riguroso. Al enfriar la piel, se recomienda hacerlo de forma gradual para evitar la pérdida de calor corporal.
Campañas de prevención: una necesidad urgente
La especialista remarcó que la prevención es la herramienta más eficaz para reducir el número de accidentes. “Mantener a los niños alejados de la cocina, comprobar la temperatura del agua antes del baño, usar protección solar adecuada y evitar riesgos eléctricos o químicos son medidas simples que salvan vidas”, indicó.
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Además, subrayó la importancia de impulsar campañas de concientización pública que promuevan hábitos seguros en el hogar, especialmente durante los meses fríos, cuando aumenta el uso de estufas y calefactores.
Recomendaciones generales de seguridad
Entre los consejos más importantes para prevenir accidentes domésticos se destacan:
- Colocar los mangos de ollas y sartenes hacia el interior de la cocina.
- No dejar velas, planchas o estufas encendidas sin supervisión.
- Mantener los productos de limpieza fuera del alcance de los niños.
- Cubrir los enchufes y evitar cables pelados.
- Aplicar protector solar todos los días, incluso en invierno.