SALUD
conflicto en el Subte

Luego de una jornada de paro y caos, retorna la calma a la línea B

La medida de fuerza se llevó a cabo en protesta por las agresiones de pasajeros a trabajadores. Ayer, en una reunión, se destrabó el conflicto y hoy habrá servicio. La interrupción afectó a unas 300 mil personas.

Complicado. En Córdoba y Florida casi no quedaban espacios sobre las veredas para los que esperaban colectivos. Llegar al trabajo y la vuelta a casa resultaron un tormento para muchos.
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La crisis de la línea B del subte llegó a su punto más alto ayer con un paro de 24 horas, decretado en la madrugada por los metrodelegados, luego de que el jueves una serie de desperfectos técnicos que afectaron el funcionamiento del servicio terminaran en enfrentamientos y agresiones de algunos pasajeros contra los trabajadores. Según datos de Metrovías, 300 mil usuarios debieron utilizar otro medio de transporte.

Por la mañana y la tarde de ayer, hubo largas filas en las paradas de colectivos que hacen un recorrido similar al de la línea B. En el Correo Central, la situación fue caótica.
Por la mañana, la Subsecretaría de Trabajo porteña convocó a los delegados y a la concesionaria Metrovías para tratar de solucionar el conflicto. El encuentro terminó con la firma de un acta en la que se indica que las demoras e interrupciones ocurridas el día anterior se debieron a que las instalaciones de las dos nuevas estaciones inauguradas hace un mes (Juan Manuel de Rosas y Echeverría) todavía están en etapa de ajuste.

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“En el documento queda claro que los responsables de los problemas no fuimos los trabajadores. Volvemos a plantearles a los usuarios que nosotros siempre pusimos toda la voluntad”, declaró el delegado de la línea Claudio Dellecarbonara al terminar el encuentro en el que se decidió que el subte B seguiría cerrado hasta hoy a las 5 de la mañana. El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, había acusado a los metrodelegados de cometer “abuso de poder”. El jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, declaró en TN que no había problemas técnicos y acusó a los sindicalistas de ir al paro por no querer trabajar y sentirse los dueños del subte.

Desde que se abrieron las nuevas estaciones, los metrodelegados habían denunciado problemas de seguridad en las instalaciones. Sin embargo, luego de la reunión, indicaron que los inconvenientes ya habían sido solucionados. “Se han mejorado los andenes y las cocheras, pero aún falta la puesta a punto, lo que significa que en los próximos días puede haber todavía demoras e interrupciones”, indicó.
El jueves, el día había comenzado complicado para los pasajeros que utilizan habitualmente ese recorrido. Por la mañana, se ofreció un servicio reducido entre las estaciones Leandro N. Alem y Los Incas. La causa, según admitió oficialmente la concesionaria Metrovías, fue “problemas técnicos menores que ya fueron solucionados”.

Según indicaron desde la empresa, los inconvenientes se debieron al ajuste final de las vías, las señales y los tres nuevos trenes incorporados este mes. También descartaron que se hayan producido por falta de formaciones: aseguraron que en las horas pico circularon 19 trenes, según la empresa concesionaria, un número óptimo para el funcionamiento de la línea.

A medida que pasaban las horas, se sucedieron las demoras y las interrupciones en el servicio. El primer enfrentamiento ocurrió a las 18.30, cuando un grupo de pasajeros identificó a un grupo de delegados en la estación Los Incas y comenzó a insultarlos. Minutos después, un tren se detuvo por una falla en el cambio de vías en esa misma estación.

Todo el servicio se interrumpió entonces por unos minutos y, cuando se reanudó, fue solamente entre Federico Lacroze y Alem y con demoras.

Los usuarios increparon a los trabajadores en distintas estaciones hasta la noche. Finalmente, en Chacarita, una formación debió detenerse y el conductor, para evitar ser agredido, abandonó la cabina y dejó a los pasajeros adentro. “Hubo muchos trabajadores golpeados en todas las estaciones”, indicó Pianelli.