A medida que avanza la investigación, el caso de la adolescente que estuvo secuestrada durante 9 años por una pareja de adoradores de San La Muerte, no deja de sorprender a los investigadores. Con la declaración de la víctima, que dio su testimonio en cámara de observación oculta -ya que se encuentra bajo estricto cuidado clínico y psicológico-, la joven reveló que era atada con cadenas y ganchos de carnicero para que no se escapara durante la noche.
La tortura era permanente y cualquier pequeño deslice terminaba en brutales golpizas. Sólo por comer las sobras de las bananas que dejaba el mono con el que estaba encerrada en un garage, los captores golpeaban con cinturones y elementos metálicos a la víctima.
La chica, de la que no se tenían noticias desde 2005, pesaba apenas 20 kilos. Ingería, esporádicamente, levadura de cerveza, pan y agua. Las autoridades presumen que era sometida a distintos rituales satánicos, ya que en la casa de Villa Lugano -donde la pareja tenía capturada a la joven- se encontró un altar con numerosas imágenes de San La Muerte y se secuestraron 10 esculturas alusivas a esa deidad.
Según contó en Cámara Gesell, durante los últimos nueve años la víctima salió del garage sólo en dos oportunidades. Se encontraba bajo la tutela de una pareja que tenía su guarda provisoria desde 2001, cuando