La ciudad de Phoenix es una de las principales zonas afectadas por la histórica ola de calor que azota a Estados Unidos desde el comienzo del verano en el hemisferio norte. La región ubicada en el estado de Arizona lleva más de un mes con temperaturas superiores a los 43° Celsius y se espera que esta semana por fin puedan comenzar a disminuir.
El domingo 30, Phoenix contó con una máxima de 43,8°C, según indicó el Servicio Meteorológico Nacional. De esta manera, se convirtió en su 31° día consecutivo en sufrir valores térmicos superiores a los 43°C.
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No solo las mañanas fueron calurosas en la ciudad estadounidense, sino que también atravesó altas y “peligrosas” temperaturas durante la noche, según sostiene la Organización Meteorológica Mundial (WMO por sus siglas en inglés).
Durante 16 días las temperaturas mínimas que se encontraban en altas horas de la noche eran superiores a los 32°C. Recién el miércoles pasado los valores térmicos en la zona del Aeropuerto Internacional de Phoenix Sky Harbor, pudieron alcanzar una mínima inferior y darle un respiro del sofocante calor a los residentes.
¿Llega un breve alivio a Phoenix?
Los meteorólogos esperan que a principios de esta semana las temperaturas disminuyan producto de tormentas eléctricas estacionarias que se avecinan en la ciudad. “Debería rondar los 42,2ºC, de modo que rompemos esa racha de 43,3°C”, indicó el meteorólogo Tom Frieders.
Y agregó: “Una cobertura creciente de nubes podría poner las temperaturas en una tendencia a la baja”. Sin embargo, el alivio podría ser breve, ya que para el miércoles se espera que las máximas vuelvan a superar los 43,3°C, y que alcancen los 46,1°C para finales de semana.
Un calor mortal en el hemisferio norte
La ola de calor puede ser peligrosa e incluso mortal para muchas personas, en especial a grupos expuestos y vulnerables como adultos mayores, algunos enfermos y personas en situación de calle que no tienen acceso a herramientas para sobrellevar las altas temperaturas, como aires acondicionados.
“Cualquiera puede estar en riesgo afuera con este calor récord”, advirtió el departamento de bomberos de Goodyear, un suburbio de Phoenix.
Este año se confirmaron más de 25 muertes asociadas al calor en el condado de Maricopa, el más poblado de Arizona y hogar de Phoenix. Así lo informó su Departamento de Salud Pública, quienes agregaron que hay 249 fallecimientos más bajo investigación.
La ola de calor en Estados Unidos
Estados Unidos se encuentra atravesando una de las peores olas de calor de las que se tenga registro. Esta no es una situación aislada, sino que se da en el marco de una serie de temperaturas extremas que están atravesando todo el hemisferio norte, con valores que superan los 50°C.
En el país del norte, más de 180 millones de personas de los estados de la costa este se encuentran expuestas a alertas meteorológicas por una ola de calor "opresiva", producto de la combinación entre el calor y la humedad del ambiente.
“Está (afectando) a todas las grandes ciudades”, indicó Bob Oravec, meteorólogo jefe del Centro de Predicción Meteorológica del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos. “Por eso la población (afectada) es tanta”.
Julio, el mes más caluroso del que se tenga registro
La predicción de que el calor extremo continuará en la región norte del planeta se produce a días de que la Organización Meteorológica Mundial y el Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) declararan que julio se convertirá en el mes más cálido registrado en la historia.
“No tenemos que esperar a fin de mes para saber esto. A falta de una mini-Edad de Hielo en los próximos días, julio de 2023 romperá récords en todos los ámbitos”, dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
No solo los valores térmicos mensuales superaron los récords. El 6 de julio fue un día histórico al presentar una temperatura promedio diaria de 17,08°C, lo que lo convirtió en el día más caluroso jamás registrado.
Las olas de calor extremo de hoy serían casi imposibles sin el cambio climático
“Para vastas partes de América del Norte, Asia, África y Europa, es un verano cruel. Para todo el planeta, es un desastre. Y para los científicos, es inequívoco: los humanos tienen la culpa. Todo esto es totalmente consistente con las predicciones y las repetidas advertencias. La única sorpresa es la velocidad del cambio”, enfatizó Guterres.
Por su parte, el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial, Prof. Petteri Taalas, hizo un planteo similar, subrayando que el clima extremo experimentado en julio es una cruda realidad del cambio climático y una advertencia de lo que nos espera en el futuro.
MB CP