El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), reconoció en un informe la responsabilidad de los países desarrollados en el cambio climático, en detrimento de las naciones pobres, cuestión planteada por el Presidente Néstor Kirchner, desde el inicio de su gestión.
Así se hizo público en el informe: "Solidaridad frente a un mundo dividido", elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El gobierno argentino fue uno de los impulsores, a través del Presidente Néstor Kirchner, para que esta cuestión sea reconocida en las agendas públicas internacionales.
"Este progreso se verá cada vez más limitado por el cambio climático, por lo que se debe concebir la lucha contra la pobreza y contra los efectos de ese cambio como esfuerzos interrelacionados", alertó el informe.
"En todos los países en desarrollo, millones de los habitantes más pobres del mundo se ven obligados a enfrentar los impactos del cambio climático, que no ocurren como sucesos apocalípticos que concitan la mirada atenta de todos los medios de comunicación", agregó.
Estas situaciones pasan inadvertidas para el mercado financiero y no figuran en el Producto Bruto Interno mundial, pero fenómenos como la creciente exposición a sequías, tormentas más intensas, inundaciones y crisis medioambientales, "están frenando los esfuerzos de las personas pobres del mundo por mejorar sus vidas y las de sus hijos e hijas".
La cuestión de los acreedores y deudores ambientales, sustentada en todos los foros por el gobierno argentino, se destacó al señalarse que el desafío distributivo resulta "particularmente difícil, porque quienes han sido en gran parte causantes del problema, los países desarrollados, no serán quienes sufran las peores consecuencias en el corto plazo".
" Los más vulnerables son los pobres, y ellos ni contribuyen ni contribuyeron de manera significativa a la emisión de gases de efecto invernadero. Entre tanto, muchos países de ingreso mediano se están convirtiendo en emisores significativos en términos agregados, pero no tienen la deuda de carbono con el mundo que han acumulado los países desarrollados", se destacó.
En tal sentido, los expertos alientan a encontrar una vía "ética y políticamente aceptable", que permita avanzar en una solución equitativa de compartir a largo plazo, los costos y los beneficios.
"No debemos permitir que los desacuerdos respecto de la distribución obstruyan el camino, del mismo modo en que no podemos permitirnos esperar tener certeza absoluta respecto del rumbo exacto del cambio climático antes de empezar a actuar", agregaron.
En el informe no se dejó toda la responsabilidad en el sector público, sino que se instó al sector privado a "hacer funcionar los mercados y los precios de modo de optimizar las políticas de inversión y producción".
"Las metas de emisión y eficiencia energética deben cumplir un papel importante, pero es el sistema de precios el que debe facilitar nuestro cumplimiento de las metas", para lo cual los expertos prevén que se necesitará un profundo diálogo entre economistas, científicos del clima y ambientalistas.
"Es preciso poner precio al carbono y a los gases equivalentes, de manera que su uso refleje su verdadero costo social. Esta debería ser la esencia de la política de mitigación. Por su parte el desafío más difícil en materia de políticas públicas será el de la distribución", precisó el trabajo.
Según los expertos, si fracasan los intentos para enfrentar el cambio climático hoy, se estarán destinando a unas 2.600 millones de personas, el 40 por ciento más pobre de la población mundial, a un futuro con muy pocas oportunidades.
" Exacerbará las profundas desigualdades al interior de los países y socavará los esfuerzos destinados a desarrollar un sistema más inclusivo de globalización, reforzando las enormes disparidades entre quienes tienen mucho y quienes no tienen nada: En el mundo de hoy, son los pobres los que llevan el peso del cambio climático", concluyeron.
Fuente: Télam